El hidrógeno verde ya carbura en Aragón. Si la burocracia no lo impide, esta energía no contaminante producida a partir de los excedentes de la energía fotovoltaica y eólica servirá como carburante para vehículos eléctricos a partir de febrero de 2022 en la zaragozana gasinera de El Cisne 1, ubicada en la A-2, sentido Madrid. Será la primera estación de servicio en contar con una hidrogenera pública en sus instalaciones en todo el territorio español. 

El hito se enmarca dentro del proyecto SHiE, participado al 50% por ARPA Equipos Móviles de Campaña y el Grupo Zoilo Ríos. La innovación en el terreno de la movilidad mueve este programa, que tratará de brindar una alternativa «limpia» y «dar repuesta a la necesidad de distribución» del hidrógeno a sectores como el transporte, la logística o el taxi. La iniciativa fue presentada este miñercoles junto a una muestra de un módulo de generación de hidrógeno verde, donde se ha podido comprobar la recarga de dos automóviles Toyota Mirai, un modelo de propulsión eléctrica que conforma la flota del proyecto.

Repostar uno de estos vehículos con hidrógeno lleva entre 3 y 5 minutos, lo que permite cargar cerca de 5 kilos de este carburante comprimido. Traducido al lenguaje funcional, permite una autonomía que ronda los 700 kilómetros. Debería ser suficiente para un funcionamiento óptimo siempre que se cumplan los planes de la Unión Europea: levantar un millón de puntos de recarga de energía limpia en los países comunitarios. 

Así funciona una hidrogenera

Parte de esos puntos serán módulos de generación, almacenaje y distribución de hidrógeno verde como el que se presentó ayer en las instalaciones de ARPA en La Muela. Esta energía renovable depende de la producción de otras renovables como la éolica o la fotovoltaica, que cuando son utilizadas para autoconsumo suelen producir más de lo que consumen, generando un excedente que acaba por perderse. Para evitarlo, las hidrogeneras se sirven de un electrolizador y de varios compresores para transformar la energía hasta ahora inutilizada en hidrógeno, almacenable en grandes botellas durante largos periodos de tiempo y transformable en pilas de combustible. En Alemania, por ejemplo, gran parte de los puntos de recarga se componen simplemente de un enorme recipiente de hidrógeno y de un surtidor.

La idea es, claro está, que exista uno de estos módulos en cada uno de los puntos de recarga, aunque una traba podría ser la inversión, que rondaría los 260.000 euros por caseta. A grandes rasgos y por ejemplificar, una producción energética de 1 MW podría producir un 25% de excedente energético al día. Con él, se podrían reconvertir las sobras en cerca de 100 kilos de hidrógeno verde, que a través de cuatro módulos como el que cuenta el proyecto SHiE alimentaría el repostaje de 20 automóviles cada día.

A las novelas de aventuras de Julio Verne se fue Clara Arpa, la consejera delegada de ARPA, para explicar la apuesta de las dos empresas por la innovación en el hidrógeno. «En 'La isla misteriosa' Verne ya predijo que después del carbón se quemaría el agua», ha dicho , apostillando que se saltó el paso por el petróleo. A la afirmación le ha seguido vía telemática Zoilo Ríos, presidente de la compañía homónima, quien instó a apostar por el modelo verde. «El reto es urgente y hay que empezar ya. Los proyectos son costosos, pero debemos ir paso por paso», ha apuntado.