La idea atraviesa los discursos de todos los directivos que este jueves han tomado la palabra en el Auditorio de Zaragoza con motivo de la XII Convención de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragon (ADEA). A decir verdad, seguramente atraviese también las mentes de quienes no han subido al estrado. No hay excusa que valga ya para no afrontar la reforma estructural de la economía española de la que expertos y ejecutivos hablan sin cesar y que deberá ejecutarse con la «oportunidad» de los fondos europeos.

Con la mirada puesta en el futuro tras la pandemia, más de mil directivos se dieron cita ayer para poner en común su visión sobre el escenario a corto, medio y largo plazo. Con el baile de cifras en el terreno macroeconómico para 2022, una previsión ahora rebajada respecto a las estimaciones que se publicaban hace unos meses –el crecimiento de Aragón se mueve entorno al 4,6%–, la recuperación económica, la llegada de los fondos europeos y la innovación como área estratégica marcan la agenda, las preocupaciones y las esperanzas de los ejecutivos aragoneses. 

Así lo apuntó la vicepresidenta primera y ministra e Economía y Transformación Digital, Nadia Calviño, en la conferencia de apertura. «Ya estamos en la senda de la recuperación», ha dicho, a través de una pantalla, apelando a unas cifras en empleo y fiscalidad –ayer conocidas– e invitan al optimismo. Calviño ha subrayado como «necesario» el abordaje de cambios estructurales «para mejorar el clima de negocios, favorecer la inversión, impulsar la creación y crecimiento de las empresas, consolidando a nuestro país como un lugar de referencia en la atracción de inversión, emprendimiento y talento». 

La vicepresidenta primera ha insistido en la cifra mil veces repetida de los 140.000 millones de euros que llegarán procedentes de la UE. Esta cifra supone, ha confirmado Calviño, «el equivalente al total de fondos estructurales recibidos desde la adhesión de España a las comunidades europeas», es decir, desde el año 1985.

También Jorge Azcón, el alcalde de Zaragoza, se ha sumado de forma telématica para señalar la necesidad de «aprovechar las oportunidades para recuperar el latido del tejido empresarial», una meta en la que «tenemos que trabajar juntos para alcanzar». «En Aragón nos sobra talento, trabajo y esfuerzo para salir de esta crisis», ha destacado el alcalde de Zaragoza, mientras aseguraba que quiere «recuperar el latido empresarial». Con juntos se refería el regidor a Administraciones y empresas, al que el presidente de ADEA, Salvador Arenere, representó en el estrado del Auditorio de Zaragoza.

Un «momento decisivo»

Dijo Arenere que en el tiempo próximo se abre un «momento decisivo de retos y oportunidades» que configurarán el sistema económico y social de Aragón en el futuro. De la comunidad ha destacado que cuenta con una situación de partida «envidiable» gracias a su «estabilidad política» y con una generación de PIB que calificó de «interesante». No obstante, ha señalado como «el problema mayor» el del desempleo juvenil, al tiempo que consideraba que «no tiene sentido» la existencia de una tasa de paro juvenil del 40% y falten trabajadores en hostelería, construcción y empresas tecnológicas.

En cualquier caso, el presidente de ADEA ha advertido que ahora confluyen múltiples variables que pueden desequilibrar el status quo de las economías, entre ellas la aragonesa. Se ha referido en este sentido al coste de la energía y el riesgo de suministro, al incremento del precio de las materias primas, a la falta de microchips, a los elevados costes de transporte o a la deuda en Estados Unidos y Europa, a la inflación que supera el 5,6% en noviembre, entre otros. 

En esta línea se ha movido el discurso de Héctor Flórez, socio director y próximo presidente de Deloitte España, quien destacó que España puede salir «por primera vez» de una crisis «transformándose».

LOS FONDOS EUROPEOS Y LA DIRECCIÓN DE UNA SOCIEDAD

Los cacareados y multidisciplinares fondos europeos coparon una de las mesas redondas de la XII Convención ADEA. Las dudas sobre el verdadero impacto de estas ayudas de la que buena parte son a fondo perdido no eran injustificadas, pues generaban más incógnitas que certezas.

Gerard Brinquis, responsable nacional de los fondos europeos NGEU en FI Group España, apuntó que el 39% de ellos irán destinados a Transición Ecológica, mientras que el 29% se utilizarán para Transformación Digital. Transparente queda el fondos al que se dirigen los fondos. No obstante, Brinquis habló de la necesidad de «anticiparse», porque «es un error» cuadrar un proyecto solo para captar fondos de la UE. A esta idea se sumó Rosa Vidal, socia directora de Broseta, al asegurar que «debe haber una ejecución coordinada de los fondos europeos con una planificación adecuada». Más contundente fue aún José García Montalvo, Catedrático en Economía de la Universitat Pompeu Fabra, cuando aseveró que «el mayor problema de estos fondos es que sirvan de excusa para que no se acometan las reformas estructurales que deben ejecutarse».

Y aunque estos discursos fueron reveladores al desmenuzar la compleja organización de los Next Generation, todavía fue más luminosa la conferencia de Manuel Isorna, doctor en el departamento de Psicosocioeducativa de la Universidade de Vigo. En un momento sobresaliente, Isorna preguntó a un estrado repleto de mandatarios de empresas una sencilla cuestión: «¿Hacia dónde va la educación? ¿Queremos que el sistema forme trabajadores o que forme ciudadanos?». No dio una respuesta el experto, que sí abogó por una educación afectiva para proteger la salud mental de los jóvenes. Así se abrió el escenario de la reflexión.