Menús «incomestibles la mayoría de los días del mes de noviembre» y con «cantidades no adecuadas ni apropiadas a lo establecido». Así ha sido la alimentación de los casi 300 niños de entre 3 y 12 años del CPEIP Ramón Sainz de Varanda de Zaragoza, según se desprende de un escrito al que ha tenido acceso este diario, enviado por la dirección del centro al servicio provincial de Educación.

En el informe se detalla que el cocinero del colegio enfermó a principios del mes pasado, por lo que cogió una baja que todavía continúa, siendo sustituido por otros dos (uno del 4 al 18 de noviembre y otro desde el 19 hasta al menos la fecha del escrito, 1 de diciembre). El comedor escolar del colegio lo gestiona una empresa de cátering, aunque el centro tiene cocina propia, por lo que los menús se elaboran allí.

Según ha podido saber este diario, tras la baja del trabajador la compañía puso dos sustitutos, que comenzaron su labor sin «información sobre la labor a desempeñar» ni «asesoramiento por parte de la empresa gestora», lo que ha provocado deficiencias en la alimentación de los menores. La dirección del colegio no quiso hacer declaraciones a este diario, ni tampoco la Asociación de Padres y Madres del centro hasta que no se celebre la junta.

No obstante, sí han reconocido los hechos señalando que quienes debería hablar serían los pequeños, que son los que se han quejado a las familias y sufrido la comida. Desde el Servicio Provincial de Educación confirmaron que tras la baja del cocinero se puso otro de forma «temporal» que acabó ayer, por lo que el próximo jueves, entrará una nueva cocinera.

El escrito describe los menús para los casi 300 niños que se quedan a comer en el centro. Unos días la cantidad de comida fue insuficiente o se presentó comida batida para esconder la escasez de alubias, por ejemplo. En ocasiones, las lentejas con arroz y verduras se sirvieron «como una maseta» y en otras carne como la cinta de lomo o el pavo de forma «muy seca». También se sirvieron espaguetis sin aliño y macarrones «pasados». Asimismo, se señala que hubo cambios de menús por falta de reservas en el almacén o a grupos de alumnos porque la comida cocinada era «insuficiente».

Por lo expuesto en el escrito, el centro manifiesta su «disconformidad» con la gestión del servicio del comedor y aunque señala que «los cocineros contratados han hecho y hacen lo que han podido», la digestión no ha sido todo lo buena que necesitan los alumnos.