Una infancia marcada por los abusos en Ucrania y un grado superior en Integración Social fueron dos de las cuestiones que llevaron a Pantely Pérez a decantarse por participar como voluntario en una colonias de verano para jóvenes miembros de Atades.

Tres años después este voluntario continua participando activamente en un club de ocio y tiempo libre donde en colaboración con los técnicos se dedica a platear y organizar las actividades para ocupar las tardes de los días de la semana, «los findes viajeros» o las colonias de verano.

Un anuncio en el CIPAJ fue el comienzo de esta aventura. «Soy una persona a la que no le gusta el contacto ni que me toquen, estar con gente me agobia. De repente me vi rodeado de 70 usuarios, 30 monitores y no conocía a nadie. Había dos turnos y, cuando acabo el primero, volví a casa y le dije a mi madre que me había encantado y que iba volver», cuenta el joven.

El joven relata que su propia ambición de dar lo mejor de sí mismo en cualquier es la actitud que traslada al voluntariado. "Al final para ellos somos un ejemplo, nos tienen como referentes y eso es lo que te hace tener la responsabilidad de darte al máximo y conseguir los mejores resultados", relata Pérez.

El sentimiento de gratitud que los jóvenes miembros de Atades profesan por el voluntario es mutuo. El joven asegura de que se trata de una labor muy enriquecedora. «En muchas ocasiones casi son más los chavales los que me enseñan a mi que lo que yo les enseño a ellos», añade.

Durante estos tres años, Pantely se ha mantenido en constante formación para desempeñar su labor. «La propia organización de Atades nos ofrece formación especifica tanto propia como de otras entidades», asegura el joven quien añade que se les pregunta en que aspectos preferirían formarse.

En la actualidad, Pantely se encarga de difundir la labor que realiza Atades por todo Aragón y anima a la gente a hacerse voluntario. «Igual en Atades no encajan pero hay muchas otras asociaciones en las que tengan su lugar y que estarán encantadas de recibir su ayuda», concluye el joven.