Ignacio Montaner (Zaragoza, 1965) lleva casi cuatro año al frente de Endesa en Aragón, un periodo marcado por la transformación de la compañía en la comunidad tras cerrar la central de carbón de Andorra a mediados de 2020.

¿En qué momento está el desamantelamiento de la térmica?

Se está cumpliendo el calendario previsto. Las obras empezaron por la desconexión de todas las fuentes de energía y las labores en el parque de carbones, que ya están prácticamente finalizada. Estamos tomando muestras del suelo porque nuestra intención es que allí se instalen renovables. Ahora estamos trabajando en procesos de desamientado, limpieza de las calderas y desulfuración de tuberías y equipos. La semana pasada de forma puntual había 177 personas trabajando, 83 de ellas de la zona. Este volumen de empleo está estable desde el verano y se prolongará durante los primeros meses del próximo año._La prioridad es que no haya accidentes y un planteamiento de economía circular para reutilizar todos los equipos. Hasta la fecha se han retirado 15.321 toneladas, de las que casi el 81% se han valorizado o reciclado.

¿Cuándo se construirán esas primeras plantas de renovables?

Nuestra intención siempre ha sido compaginar y complementar el desmantelamiento con el montaje de los primeros proyectos renovables al margen del concurso de potencia que ha abierto el ministerio. El primer proyecto fotovoltaico es Sedeis, de 50 megavatios (MW), que va en los terrenos de val de Serrana, dentro de la central._Está pendiente de las últimas autorizaciones y nuestra intención es empezarlo a principios de 2021. El segundo es Mudéjar, de 235 MW, que una parte (35 MW) se ubicará también en la térmica, en las 70 hectáreas del parque de carbones, y el resto en Hijar y Alcañiz. Esta inversión está en tramitación en el ministerio con la idea de empezarla en las tres ubicaciones el verano que viene.

¿Qué quedará de Endesa en Andorra cuando todo acabe?

Nos quedan cuatro años para terminar los trabajos de desmantelamiento y nos gustaría seguir estando presentes en Andorra y la comarca siendo un actor principal e involucrado en su vida económica. Estamos trabajando con los proyectos renovables que son una realidad y preparando nuestra mejor oferta para el concurso. El objetivo es hacer una transición del carbón, que emite CO2, a fuentes de energías renovables de acuerdo con la política europea y española.

¿Cuánto empleo directo habrá?

Mucho. En el proyecto de acompañamiento al cierre que presentamos hablamos más de 150.

¿Qué otros proyectos renovables tiene la compañía en Aragón?

El desarrollo de nueva potencia renovable es clave para Endesa y Aragón no es ajeno a esta apuesta. De hecho, en los últimos años hemos puesto en servicio en la comunidad 18 parques eólicos, con un total de 500 MW, el 80% de lo que instaló en toda España. En las próximas semanas pondremos en servicio tres parques, dos solares y uno eólico, en Herrera de los Navarros (proyecto Tico), que suponen otros casi 300 MW. Y tenemos 510 más (85 de eólica y 425 de fotovoltaica) en un avanzado estado de tramitación. Hablamos de sumar mil megavatios nuevos y una inversión cercana a los 800 millones de euros. Todo esto al margen de lo que podamos conseguir en el concurso de Andorra.

Hay un creciente rechazo a las renovables en el medio rural, ¿a qué lo atribuye?

Puedo hablar de nuestra experiencia, de casi 30 proyectos en varias decenas de municipios y nosotros hasta ahora no hemos notado una oposición fuerte en estas ubicaciones. Es cierto que nosotros hacemos una aproximación con mucha humildad y muy educada con todos los interlocultores desde el primer momento. Hacemos un planteamiento creando valor compartido para que no solo tengan beneficios evidentes –en impuestos o alquileres de terrenos–, si no ver de que forma podemos contribuir en algo más a la economía local. Si se tiene en cuenta al territorio, no debería haber problemas porque las renovables son necesarias para esta transición.

¿Son suficientes los beneficios que se dejan en el territorio?

El ejemplo más claro lo veo en el proyecto de Andorra. La central reportaba 2,3 millones de euros al año en impuestos municipales y con todos los proyectos renovables serían 8 millones para los ayuntamientos de la zona. Hay una responsabilidad luego en el municipio de cómo emplear esos ingresos. A eso súmale los empleos en la fases de construcción y operación.

¿Cuál es la cifra global de inversión que hará Endesa en Aragón?

Superará los 1.000 millones de euros, de los que 800 serán seguro en renovables y 215 para mejorar la red de distribución en los próximos tres años. A esto se añadirían 1.400 millones del plan de acompañamiento de Andorra, que está pendiente del concurso.

Varias térmicas de carbón que se habían parado, como As Pontes, se han vuelto a poner en marcha.

Es por un razón muy puntual, para apoyar al sistema eléctrico tal y como está el mercado de generación, con varios nucleares paradas además por mantenimiento. 

¿Cuándo se resolverá el retraso en la emisión de las facturas?

Todas las empresas del sector han sufrido en general alguna incidencia con su facturación, motivas básicamente por todos los cambios que hemos tenido que hacer en nuestros sistemas informáticos por los numerosos cambios regulatorios de los últimos meses. Desgraciadamente, algunas facturas de nuestros clientes no llegan. Hay mucha casuística, pero poco a poco va disminuyendo el número de afectados y estamos ofreciendo una solución de pago fraccionado.

¿Qué recomienda a los clientes ante la escalada de la luz?

Que cada uno mire su factura y sepa dónde está, porque hay un gran desconocimiento por parte de consumido. Y en función de sus hábitos de consumo, mire la tarifa que se adapta mejor y puede evita estas subidas. Hay que recordar que Endesa ha respetado todos los contratos que tenia con sus clientes.

¿Hasta cuándo seguirán los precios por las nubes?

Si seguimos con la política de construcción de renovables, realmente bajarán en los próximos años. De hecho, España tiene precios de futuros más bajos que Alemania y Francia.

¿Tiene sentido temer un gran apagón en España?

No lo veo. España tiene potencia suficiente para hacer frente a subidas de consumo y una red sólida y mallada para atender los suministros. Incluso en situaciones extremas, como en La Palma.