Menos de dos semanas quedan para que se realice el tradicional sorteo de la Lotería de Navidad y las administraciones aragonesas afrontan con «ganas y emoción» esta recta final de ventas antes de que el día 22 comiencen a dar vueltas los bombos.

Nadie quiere quedarse sin la posibilidad de llevarse el tan anhelado «Gordo» y la ilusión, sumada a la jornada festiva que se vivió este lunes, ha provocado que en las ventanillas de las administraciones se formaran largas colas durante toda mañana.

Los loteros confirman lo evidente y aseguran que este año «la gente tiene más ganas de fiesta». En la administración número 29 de Zaragoza, Lotería Roma, no han parado de vender en ventanilla durante toda la jornada y aseguran que esta ha sido la tendencia de las últimas semanas. «Estamos sorprendidos porque este año la campaña está muy adelantada, muchas empresas y asociaciones ya hace semanas que agotaron sus números», comentaba la encargada de este negocio familiar. «No sabemos si es por miedo a que vengan restricciones o que la gente tiene ganas de comprar, pero están muy animados», añade.

Los zaragozanos apuran estas semanas para comprar los últimos números. ANDREEA VORNICU

Aun así la todavía quedan por delante unos días hasta que se lleve a cabo el sorteo y en administraciones como Loterías Sol todavía esperan a «los últimos rezagados». «Siempre hay gente que viene a última hora a por la de la empresa o a por alguna terminación que les falta», apuntan.

Y aunque no todas los establecimientos están teniendo tanta afluencia. Desde Lotería Villahermosa, la número 73, esperan «un ultimo empujón» ya que aseguran que «la ilusión nunca se pierde».

Zaragozanos y visitantes han aprovechado estos días festivos para seguir llenando sus carteras de décimos y es que la emoción por poder convertirse en millonario y el miedo a perder esta misma oportunidad es lo que lleva a los clientes a acercarse a su ventanilla de confianza. Es el caso de Jorge, que, a la salida de la administración número 13, situada en Gran Vía, comentaba que este año todos sus décimos son «compartidos con la familia, los amigos y los del trabajo». «Te ofrecen y siempre queda la duda de... ¿y si les toca a ellos y a mí no?», comenta el zaragozano entre risas. Los hay que mantienen las tradiciones como Ignacio que, aunque jubilado, sigue «jugando el número de la empresa». «Entre los del fútbol, las asociaciones, lo de la familia, y los de las vacaciones este año habré gastado de 300 a 400 euros», concluye.