La sangre no ha llegado al río en la fábrica de tubos de escape Bosal, ubicada en Pedrola y con unos 160 trabajadores. La dirección y el comité alcanzaron el pasado viernes un preacuerdo –que este martes fue ratificado por la plantilla en las distintas asambleas– para ampliar hasta 2023 la protección de empleo que estaba pactada hasta 2022 a través de una serie de cuantías de indemnización en caso de despidos. En consecuencia, la parte social ha decidido desconvocar la huelga que estaba previsto que se desarrollase desde ayer y hasta el 23 de diciembre.

Ambas partes lograron entenderse en la reunión que tuvo lugar en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), donde se vieron las caras tras el anuncio de los paros. De esta manera, las salidas voluntarias serán compensadas con 33 días por año trabajado y máximo de 25 mensualidades, y las forzosas, con 42 días y 29 meses. Las indemnizaciones son superiores a las fijadas actualmente para los despidos improcedentes.

En cuanto al erte, el acuerdo contempla que sea de 50 días por trabajador, sin compensación en las 25 primeras jornadas y con 15 euros por día en las 25 siguientes.

Con todo ello, el conflicto laboral ha quedado desactivado en la empresa ubicada en Pedrola, que espera tener pequeñas cargas de trabajo durante los años 2022 y 2023 con la previsión de que en 2014 llegue un proyecto industrial de relieve.