En Novillas pocos son los vecinos que no se arremolinan frente al Ebro, ese que les acecha, cada vez desde más cerca, y que amenaza con desbordarse de forma incontrolada. De reojo siguen los trabajos de los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que ese sábado han preparado con sacos de tierra los diques de contención en la calle Parque del río Ebro. También han reforzado alguno de los puntos de la gigantesca mota que protege este municipio, el primero en sufrir los estragos de las crecidas en Aragón. «El agua no puede pasar a las casas». Este es el objetivo.

Las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en Castejón son algo mejores que las del viernes, aunque los caudales que se esperan siguen siendo extraordinarios, entre los 2.500 y los 2.800 metros cúbicos por segundo que, además, se prolongarán durante horas.

«Esta riada es de mucha enjundia, puede ser superior a la de 2015», aseguraba por la mañana Javier Lambán. El presidente de Aragón insistía en que se está trabajando de forma coordinada para proteger los cascos urbanos --«son la prioridad», dijo-- aunque no descarta tener que «desalojar municipios». Sucedió en el año 2015 en Pradilla y Boquiñeni, ahora más preparados, con los diques de contención reforzados.

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FOTOGALERÍA | El municipio zaragozano de Novillas se prepara para la punta de la crecida ÁNGEL DE CASTRO

Está previsto que la punta de la crecida llegue a última hora de la tarde de este domingo a Novillas y que reciba gran parte del caudal que llega desde Castejón, que este sábado a las 19.00 horas --la cresta se esperaba para esta madrugada-- era de 2.433 metros cúbicos y tenía una altura de 7,88 metros (en 2016 el máximo fue de 2.691 y 7,78 metros).

Será cuando el Ebro empiece a mostrar su peor cara en la comunidad, la que ya se ha visto por Logroño, Villava o Tudela, donde ha anegando un sinfín de hectáreas de campos de cultivo, calles, hogares y todo lo que se ha encontrado por delante.

Dentro de unas horas podría suceder en Pradilla y Boquiñeni, donde están preparados «para todo», también para ser evacuados, y se prevé que el Ebro alcance su altura máxima en Zaragoza entre el martes y el miércoles.

Esto no significa que vaya a ser el peor momento de la avenida extraordinaria porque los caudales previos a la cresta son muy elevados y serán los responsables de las primeras afecciones, que variarán dependiendo de si en la zona hay más altura en el río o más volumen en su caudal.

Desalojos preventivos

Para evitar situaciones innecesarias, el Gobierno de Aragón ha iniciado, en colaboración con Cruz Roja, el traslado de las personas más vulnerables, como los residentes de los centros de mayores que, tras superar la prueba del covid, fueron trasladados a unas instalaciones en Tauste. También a las personas dependientes de Pradilla, Boquiñeni y Cabañas.

Los ganaderos, ayudados en algunos casos por los bomberos de la Diputación de Zaragoza, también han empezado a desalojar las granjas que corren más peligro. Otros han optado por llenar de pienso los tanques para que los animales tengan alimento durante varios días, en previsión de que las instalaciones se quedarán aisladas, rodeadas de agua.

La UME creando diques de contención con tierra en Novillas.

La UME creando diques de contención con tierra en Novillas. ÁNGEL DE CASTRO

También el Ayuntamiento de Zaragoza ha comunicado a los residentes de las urbanizaciones Torre Urzáiz, Torre Mejana y Doña Sancha que deberán abandonar sus casas ya que se prevé que el cauce del río las alcance, como ha sucedido en otras avenidas. La capital ha elevado de la fase de Alerta a la de Alarma el Plan de Emergencia después de conocer que el caudal puede alcanzar entre 1.900 y 2.300 metros cúbicos. Por eso, se han iniciado las labores preventivas como la colocación de diques de contención en las zonas inundables del barrio rural de Movera o el cerramiento de los pasos bajo la Z-40 para impedir que el agua llegue a las viviendas.

«Lo primero son las personas pero nos preocupamos de que haya los menos daños materiales posibles», ha dicho el alcalde, Jorge Azcón, que dio la orden de cerrar varios accesos a la ribera.

Acceso al campo de fútbol de Novillas, esta mañana. ÁNGEL DE CASTRO

El efecto de los afluentes

La Confederación del Ebro estima que los caudales en Castejón y Tudela oscilarían entre 2.500 y 2.800 metros cúbicos, los que habrá en Novillas. El viernes se preveía alcanzar los 3.200. Fue entonces cuando saltaron todas las alarmas y el Gobierno de Aragón, la Diputación de Zaragoza, Protección Civil y los ayuntamientos afectados activaron sus planes de emergencia.

Los factores que han influido en la avenida extraordinaria son varios. Las torrenciales lluvias de los últimos días (semanas en algunos lugares) por la borradas Barra y las copiosas nieves han provocado que los principales afluentes del Ebro estén sufriendo crecidas históricas, como ha ocurrido en el río Arga.

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El caudal del Ebro desde la cuenca alta ha registrado valores «máximos» en los principales afluentes. Un volumen que, aunque se va laminando poco a poco, tiene que pasar por los municipios de Aragón. La jefa de Hidrología de la CHE, María Luisa Moreno, explicó que la crecida comenzaba ayer a descender en la zona de Miranda de Ebro (Burgos). Sin embargo, las afecciones en el río Zadorra en Vitoria se mantuvieron altas durante todo el día. Por suerte, en Logroño, con importantes aportes de agua, comenzaba a mejorar su situación.