Más de 500 nuevos casos de trastornos de la conducta alimentaria se han atendido, desde el pasado mes de enero, en las consultas de psiquiatría del hospital Clínico de Zaragoza y del Provincial, los únicos centros en todo Aragón que cuentan con unidades especializadas para atender los casos de anorexia, bulimia o trastorno por atracón.

La prevalencia ya aumentó de un 7,8% en 2019 a un 10% en 2020, como fruto de la pandemia. Y sigue al alza. De los 500 casos nuevos de este año, 350 han sido en adultos, de los que 100 se consideraban muy graves. Por su parte, los 150 restantes han sido entre menores. Además, en el caso de estos últimos, las listas de espera para ingresar han llegado a superar los 15 jóvenes.

Desde la Asociación Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) de Aragón denuncian que en las dos unidades especificas existentes (el Provincial atiende a mayores y el Clínico a menores), existen «grandes carencias» en cuanto a recursos e instalaciones. Ello se traduce, según dicen, en una prolongación del tratamiento de enfermedades que, por sí mismas, «en adolescentes se sufren durante un mínimo de tres años y pueden llegar hasta los ocho en los casos más graves», alegan.

Según denuncian desde este colectivo, en el caso de la Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria del hospital Provincial hay cuatro camas reservadas para estas patologías, pero solo dos están ocupadas. «Hay lista de espera y hay dos camas que no se están usando. Nadie nos da motivos, solo nos dicen que todavía están por inaugurar», comenta Consuelo Alcalá, presidenta de TCA Aragón y madre de una joven que sufre estas patologías.

Además, la unidad lleva desde el pasado mes de mayo sin un psicólogo fijo. «Desde septiembre hay una psicóloga que pasa consulta durante una hora y media a la semana. Es la única que hay para los 350 nuevos casos y para todos los que estaban en tratamiento antes», añade Alcalá.

Más de 500 nuevos casos han sido atendidos desde enero. SERVICIO ESPECIAL

En el caso de esta atención especializada en el Clínico la situación no es mucho mejor, según la asociación. Aquí, los casos se han incrementado en un 44% y «solo hay dos camas en la planta», dicen. Al ser «insuficientes» se están utilizando cuatro camas de la planta de Pediatría. «Las condiciones no son las que los pacientes necesitan. Tendrían que quitar los espejos, tener los baños cerrados, un comedor terapéutico» enumera Noelia Mainar, miembro de la junta de TCA Aragón. «No tenemos instalaciones ni un comedor donde los pacientes puedan comer. Con el covid tienen que hacerlo en el despacho de la enfermera, de forma individual y por turnos», añade.

Centro de día que cierra en "las épocas más complicadas"

Además, las familias denuncian que, una vez recibida el alta, la situación no mejora. «Cuando salen, el psicólogo y la psiquiatra les ven una vez al mes. Las nutricionistas, con un poco de suerte, dos veces al año», apunta Mainar.

En el caso del Provincial, también hay un centro de día con seis plazas «que han tenido lista de espera durante todo el año» y que cierran tanto en Navidad como en verano. «Justo las épocas más complicadas para los pacientes», asegura Alcalá.

Preocupación por la derivación de  los pacientes fuera de la comunidad

Una de las principales reclamaciones de los familiares es que se está derivando a los pacientes tanto a centros privados como de fuera de la comunidad. En el último acuerdo marco firmado por Sanidad, por valor de 9 millones de euros, se adjudicaron lotes de atención de pacientes de Huesca, Zaragoza y Teruel a centros en Madrid, Barcelona, Pontevedra y Tarragona. Además, la atención del centro de día para menores de edad se adjudicó a un centro en Tarragona. «Es una decisión inasumible para las familias. ¿Esperan que lleve a mi hija todos los días desde Zaragoza hasta Tarragona y vuelva? No lo entendemos y menos cuando al concurso se presentó un centro situado en Zaragoza», comenta Noelia Mainar, madre de un paciente.

En Huesca y en Teruel, por su parte, no hay unidades específicas o profesionales que se dedique de forma concreta a tratar los trastornos de la conducta alimentaria. La consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón contempla, en los presupuestos de 2022, un acuerdo marco de salud mental infanto-juvenil que estará dotado con 1,6 millones de euros para financiar una residencia de larga estancia para esta atención específica. Fuentes de Sanidad apuntan, además, que se aumentarán las camas: seis más en el Clínico y cuatro en Psiquiatría del Servet. Además, recuerdan que no en todos los casos es necesario el ingreso.