Subir unas figuritas a una cumbre, a una ermita o a una cueva. Quemar el pecado de los turrones con una andada previa. Cantar villancicos o reunirse alrededor de un altar. Celebrar la Navidad en el monte. Los belenes montañeros son una tradición extendida entre los clubes y agrupaciones de senderismo de toda la geografía aragonesa. La adaptación a la pandemia, el riesgo a la subida de casos y hasta la riada han modificado una rutina de buenas intenciones cada vez más laica, social y solidaria.

Solidarios 8 Los ‘Papa Noel’ de Comuneros de Calatayud realizaron una donación a los afectados de La Palma. | COMUNEROS DE CALATAYUD

Un viaje a La Palma, pocas semanas antes de la erupción del Cumbre Vieja, encendió la bombilla a Ángel Lassa, vicepresidente del Comuneros de Calatayud. «Fuí a la zona norte, la menos afectada, pero donde me quedé había un club de montañeros. Al volver y ver la catástrofe del volcán tomamos la decisión», cuenta el bilbilitano.

Y esa decisión fue hacer de su belén montañero una acción solidaria. Desde 1990 lo mueven por distintos lugares de la Comunidad de Calatayud. Esta vez tocaba El Frasno. El pasado fin de semana fueron 32 socios y simpatizantes hasta una fuente en la Sierra de Vicort. Pusieron las figuritas y tomaron unos polvorones. Era lo de menos. «Cada uno puso una cantidad que reuniremos, porque aún hay gente que quiere participar y mandaremos por la cuenta que ha puesto la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para apoyar a los afectados de La Palma», dicta Lassa. Esta tradición fue fundacional para el Mayencos. De la aventura de tres amigos de subir unas figuritas al Collarada se instauró la sección de montañismo del club jacetano. Eso fue en 1968. Y uno de esos pioneros, Fernando Val, continuó erre que erre hasta cumplir los 50. «Íbamos cambiando de destino, siempre en el Viejo Aragón, pero cada diez años repetimos como homenaje en Collarada. Fernando se animó allí donde empezó a cumplir su promesa del su 50º belén», indica Chema Tapia, responsable de montaña del Mayencos. Ahora hacen una versión más popular en Peña Oroel, dónde sino. Lo harán este domingo desde el parador «abierto a todos los jacetanos».

Peña Guara de Huesca emplaza su belén montañero en las Gorgas de San Julián, bajo la Peña Gratal. Empezaron en 1972 en otra cueva en Arguis, pero la carretera al Monrepós dificultó la entrada. «Se hace el mismo día de Navidad. Se celebra misa, pero la gente va y viene, más este año por precaución por el covid. Solemos ser unos cien», indica Lorenzo Ortás, vicepresidente de Peña Guara. La gruta tiene un nacimiento permanente desde 2019, esculpido por Julio Luzán.

Desde hace tres años, la sección de montaña de El Olivar encamina esta tradición hacia los niños, con un pequeña ruta con un juego de pista. Este año irán a Aguarón. A la Sierra de Algairén. La crecida de casos ha suspendido el viaje en autobús y tampoco harán comida en restaurante.

La riada ha cambiado los planes de Os Andarines. Últimamente coordinaban el belén montañero de la federación, que empezó a hacerlo en 1961, siguiendo el paso de Montañeros de Aragón y Stadium Casablanca, y que lleva dos años sin hacerse. «En 2020 lo hicimos en los Galachos, pero con la avenida del Ebro estará enfangado y hemos tenido que cambiar la ubicación», indica José María Gallego, presidente de Os Andarines. Han trasladado el acto a las Esclusas de Valdegurriana, tras siete kilómetros de caminata, almuerzo «de mochila» y reparto de moscatel y dulces. Para finalizar darán las camisetas conmemorativas de los multirretos, cien actividades que programaron durante la pandemia para animar a realizar salidas.

El belén de Montañeros de Aragón de Barbastro es otro que ha sufrido modificaciones con el coronavirus. Su primera salida fue en 1969 al Cotiella. Ahora hacen uno urbano desde 1999 en el entorno de La Peñeta coincidiendo con el «día de la lotería», el 22. Además, dentro del calendario de actividades para jóvenes, mañana domingo harán otro en la ermita de San Pedro Mártir de Villanova, bajo la recomendación de llevar mascarilla y el pasaporte covid.

El más madrugador ha sido el Centro Excursionista de Ribagorza. Subieron, pese a la nevada al Turbón (2.492), en el que es el más alto de todo Huesca, el pasado fin de semana. De 24 excursionistas llegaron diez arriba en el décimo aniversario de una tradición belenista que no cesa.