ACTIVIDADES EN NAVIDAD

El Sol y el Pilar se encuentran en una jornada de lo más navideña

Muchas familias disfrutan del ambiente en el centro de Zaragoza tras el comienzo de las vacaciones escolares. Los comerciantes esperan que las ventas ahora se animen

Mejora el tiempo. El azul del cielo, aunque tardó en aparecer, pudo disfrutarse ayer tras varias semanas de niebla y lluvias en la capital aragonesa.

Mejora el tiempo. El azul del cielo, aunque tardó en aparecer, pudo disfrutarse ayer tras varias semanas de niebla y lluvias en la capital aragonesa. / ÁNGEL DE CASTRO

Iván Trigo

Iván Trigo

Aunque tímidamente, el Sol se ha dejado ver este domingo de nuevo en Zaragoza, un día después de que los niños y niñas de la capital aragonesa abrieran los regalos que trajo, en la noche del 24 de diciembre, Papá Noel. El fin de la niebla ha sido una excusa más para echarse a la calle, aunque no la única: acercarse a la plaza del Pilar para pasear entre casetas, atracciones y figuritas del belén ha sido un atractivo, para muchas familias, más que suficiente. 

«Habíamos bajado ya para ver la casita de Papá Noel, pero no nos dio tiempo a ver más cosas. Ahora que ya no tienen cole y que nosotros estamos más liberados hemos querido venir a pasar toda la mañana. Y luego vermú, claro», explicaban junto al escenario de actuaciones Álvaro y Marta, un matrimonio con dos niñas pequeñas. «Mami, venga, vamos a las carrozas», decía la más mayor.

Se refería la niña a los carruajes de los Reyes Magos, que hasta el próximo 5 de enero están expuestas en la plaza del Pilar en la zona de la fuente de la Hispanidad. Pequeños y mayores pueden aprovechar la ocasión para subirse y fotografiarse en lo alto de los vehículos reales si bien, a pesar del buen tiempo y la novedad, apenas había fila para subirse.

Y es que parece que la tradición manda y la atracción que más esperas sigue causando es el belén gigante que ocupa el centro de la plaza. Una vez recorrido, los comentarios de los visitantes al ser preguntados por la nueva disposición de las figuras eran similares: «Ah, ¿que lo han cambiado? Sí, es verdad, antes el nacimiento estaba aquí, en este lado. No me había dado cuenta, vengo todos los años porque parece que hay que venir, pero tampoco es que me entusiasme», reía Montse Sabio, una zaragozana nacida en Barcelona que visitaba la plaza junto con unas primas y sus hijos.

Las filas también han estado ahí, esperando a que saliera el Sol del todo, en la entrada a la basílica aunque unos de los que más han disfrutado este domingo del fin de la niebla han sido los artesanos que venden sus productos en las casetas que hay frente al edificio del ayuntamiento. «Ha sido un horror. Niebla y lluvia todos los días, afirmaba tras su mostrador Sonia Álvarez, de La Ruta de las Especias. «Este fin de semana se está moviendo más. Pero vamos, buenos han sido este y el del puente de la Constitución, porque hasta que los niños no han tenido vacaciones...Y tampoco ha habido mucho turista», explicaba con respecto a las ventas. Eso sí, mejor esta nueva ubicación: «El año pasado estábamos donde la plaza Aragón y aquí mucho mejor. Pasa más gente», zanjaba bajo unos tímidos rayos de Sol.

Para los próximos días se espera que el tiempo siga mejorando y que las temperaturas aumenten, por lo que las visitas a la plaza del Pilar, el epicentro de la Navidad en Zaragoza, podrían seguir creciendo. Por la mañana el Solo hará las delicias de los paseantes mientras que por la tarde, cuando ya ha anochecido, la luz y el color se convierten en el principal atractivo. Todas las tardes y hasta el 9 de enero, a las 18.15 y a las 20.00, la gran bola de led instalada frente al consistorio ofrece un espectáculo de música y brillo que reúne a decenas de personas cada día.

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