El lugar de colocación de algunos de los nuevos contenedores de Calatayud ha generado un rifirrafe político entre el equipo de gobierno y la oposición socialista. La polémica, en la que se ha implicado la opinión pública local a través de las redes sociales, se debe al hecho de que determinados depósitos de residuos obstaculizan las aceras o, como sucede con uno de ellos, se ha colocado sobre una plaza de aparcamiento reservado para personas con discapacidad.

 Otros contenedores se han movido unos metros de su emplazamiento habitual o han aparecido en donde antes no había, lo que ha llevado al PSOE a denunciar que «los cambios en la localización de los depósitos se han hecho sin ningún criterio objetivo», según su portavoz, Víctor Ruiz de Diego, que asegura que le han llegado quejas de ciudadanos preocupados «porque las bocas de los contenedores son más estrechas y en ocasiones no se pueden introducir las bolsas con los desperdicios».

El propio consistorio, en un comunicado difundido por la web municipal, señala que las modificaciones que se han registrado en el servicio han podido generar «descontento», si bien otras personas «valoran el cambio en aspectos como la higiene, la capacidad, la mayor capacidad y la estética».

Habrá cambios en la distribución

La sustitución de los viejos contenedores por otros más modernos tres veces más capaces empezó el pasado 1 de diciembre, cuando entró en vigor el contrato con una nueva empresa de limpieza, Urbaser, que llega con el objetivo de corregir las deficiencias del anterior servicio.

El alcalde, el popular José Manuel Aranda, explica que la ubicación de los contenedores está en proceso de «redistribución» y que «se llevarán a cabo los cambios que sean necesarios». El regidor destaca que los nuevos receptáculos ofrecen grandes ventajas, como su mayor capacidad y el hecho de que sean de carga lateral. Por ello ha pedido «paciencia» a los bilbilitanos «mientras se lleva a cabo la adaptación de un sistema a otro».

Para Aranda, las críticas realizadas a la colocación de los contenedores, como al ubicado en un estacionamiento para personas discapacitadas (que queda reflejado en un vídeo difundido por las redes sociales), no tienen sentido «porque estos depósitos tienen que estar físicamente en algún lado». Además, precisa que la propia empresa los cambiará de sitio cuando sea necesario.

El alcalde sostiene que los cambios de ubicación afectan a una mínima parte de los depósitos y que, pese a los problemas iniciales, «los nuevos contenedores van a mejorar ostensiblemente la limpieza de la ciudad».

Otra circunstancia que ha atizado la polémica ha sido la publicación de una nota, en la página web del ayuntamiento, en la que, supuestamente, la periodista del consistorio se hace eco de las críticas del equipo de gobierno al PSOE en la cuestión de la colocación de los contenedores. Por este motivo, los socialistas han solicitado que la redactora dimita o bien sea destituida de su cargo, señala Jesús Monge, concejal del principal partido de la oposición.

El edil socialista considera que la instalación de los depósitos «ha sido una chapuza, pese a que ha habido tiempo más que suficiente para planificarla correctamente». «Algunos están tapados por árboles o señales de tráfico, otros invaden la calzada y además en algunos puntos se conservan las barras de hierro que sujetaban los antiguos contenedores, lo que dificulta alcanzar la boca», enumera.

Con todo, a pesar los fallos, la adjudicación del servicio de limpieza a otra empresa por ocho año y con un coste de más de 13 millones y 663 depósitos nuevos, reportará grandes beneficios a la cuarta ciudad de Aragón. No solo cambian los contenedores, que ahora van equipados con sistemas antihurto y que detectan el grado de llenado, sino que, además, se ha renovado el parque de camiones de recogida.