El sector agroganadero de Aragón está en armas contra el ministro de Consumo, Alberto Garzón. Sus declaraciones al diario The Guardian en las que ponía en tela de juicio la carne que se exporta desde España han indignado profundamente a los productores y veterinarios, lo que ha llevado a las más importantes asociaciones de ambos ámbitos a pedir su dimisión por considerar que se está dañando la reputación de una actividad esencial para la economía y el medio rural.

Representa prácticamente dos tercios de la producción final agraria de Aragón, con una cifra de negocio que roza los 3.000 millones, más de 20.000 empleos y el 3,6% del producto interior bruto (PIB) aragonés, con el porcino como gran exponente.

Para el secretario regional de UAGA, José María Alcubierre, las palabras del ministro responden a «una gran falta de altura política» y son «desafortunadas». A su juicio, ponen de manifiesto el «desconocimiento» del sector tanto de Aragón como a nivel nacional, así como de la «estricta» normativa que lo rige. «Pone en la picota a un sector tan importante como es el de la ganadería», en el que se trabaja «bajo una escrupulosa legislación sobre bienestar animal y alimentación».

«Nos parece indigno que –el ministro de Consumo– vaya a Reino Unido a abrir un debate sobre la ganadería española, en plena guerra comercial con la Unión Europea por los coletazos del Brexit», señaló Alcubierre. Cree además que con sus palabras, el ministro «parece que quiere acercarse a movimientos urbanitas, animalistas y veganos en lugar de escuchar a los ganaderos», lo que «acentúa la brecha entre el mundo urbano y rural».

Por su parte, el presidente de Asaja Huesca, Fernando Luna, trasladó su enfado y coincidió en señalar la lejanía del ministro con la realidad del sector. «Son declaraciones desafortunadas, bien porque tiene un gran desconocimiento, lo que haría que no pudiera seguir ni un segundo más al frente de este ministerio, o bien porque sean mal intencionadas, que sería una falta de respeto y, por lo tanto, no sería un digno representante», afirmó.

«Este señor no nos puede representar», enfatizó. Luna reprochó igualmente a Garzón que no sepa que en la comunidad «tenemos muchas figuras de calidad, entre ellas, el Ternasco de Aragón, sujetas a una exigente normativa», que hace que se trate de «una carne totalmente controlada sanitariamente y con una trazabilidad excelente».

Las críticas de los veterinarios

En ello insistió Paco Bayo, vicepresidente de la Asociación de Veterinarios Oficiales de Aragón. «El control y las inspecciones son intensas en todo el proceso, tanto de los animales en vida como cuando se convierten en carne. El señor Garzón dice que no cumplimos nuestro trabajo, que no es otro que hacer cumplir las leyes que vienen de Europa a los ganaderos. Si se vende carne en mal estado, constituye un delito contra la salud pública», insistió.

Por eso, considera que sus declaraciones son de extrema gravedad y piden que dimita. «Sus palabras son tanto como decir que el Gobierno central está incumpliendo las leyes europeas de bienestar animal», denunció.

Siguen reclamando la dimisión

En la misma línea se pronunció José María Roche, secretario general de UPA Aragón, quien expresó su «malestar» y reclamó su dimisión «ipsofacta». «No podemos tener un ministro que, en lugar de defender los intereses ganaderos del país, ataque al sector diciendo que producimos carne de mala calidad», concluyó.

Roche recordó que se trata de un sector «trascendental» para Aragón, con más de 6.000 explotaciones de cerdos, pollos, terneros o conejos «que dan de comer a miles de autónomos en el territorio». A ello hay que añadir, subrayó, que el relevo generacional en el ámbito agrario «se está dando con estas granjas».

La radiografía del sector

En cuanto a las macrogranjas, en las que el ministro Garzón matizó que quería poner el foco, existe un intenso debate que enfrenta al sector con los ecologistas a la hora de definir dónde poner el límite.

En Aragón existe actualmente una limitación de tamaño para las de porcino, que no pueden superar las 7.200 plazas cerdos de cebo y las 2.880 de madres reproductoras.

A través de la futura Ley de Protección de la Agricultura Familiar, el Ejecutivo autonómico quiere extender esta barrera al resto de la ganadería, lo que supondría un máximo de 4.100 plazas de terneros. Esto impediría la puesta en marcha de un polémico proyecto en Torralba de Aragón (Monegros), que contempla un complejo para 20.000 terneros.

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El valor de los sectores ganaderos ascendió en 2021 a 2.999 millones de euros, un 2,91% más que en el año anterior gracias a los buenos precios que se registraron, excepto en la rama cunícola y en el porcino, donde el incremento del 3% de la producción se vio absorbido por la reducción de precio del ejercicio, según el último balance anual de UAGA.

La producción final agraria alcanzó en el segundo año de la pandemia los 4.753 millones de euros en la comunidad, un 7,8% más, de los que el 63,1% correspondieron a la parte ganadera. Destaca en el agregado total el porcino, que representa el 41,7% economía agropecuaria, por lo que cualquier incidencia a la baja o alza en esta cabaña desvirtúa las cuentas generales del sector primario regional.