El sector ganadero en Aragón tiene múltiples caras. Una de ellas es la ganadería familiar, las pequeñas explotaciones que salen adelante con el trabajo de uno o dos miembros de una familia. Es el caso de la explotación que gestiona el joven Luis Buetas Campo, junto a su padre, en El Pueyo de Araguás (Sobrarbe). En su caso, combinan los modelos extensivo e intensivo y se dedican a la cría de vacas nodrizas, el engorde de terneros y cuentan con algo de superficie agrícola donde cultivan forrajes y cereales. 

En esta pequeña localidad pirenaica tampoco han sentado bien las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, aunque en este caso sus carnes no se destinen a la exportación, sino a abastecer a los comercios de proximidad, como una de las carnicerías de Aínsa.

«Nuestro trabajo ya es bastante duro como para que se refieran a nosotros en esos términos. Estamos trabajando todos los días del año, sea Navidad o sea domingo, y palabras como estas no nos ayudan», reconoce el ganadero, que considera que las declaraciones del titular de Consumo se pueden malinterpretar. «Mucha gente no sabe diferenciar un tipo de ganadería de otra y habrá quien se quede solo con el mensaje de que es carne de mala calidad», lamenta.

En su caso, el problema no está en que las ventas puedan verse mermadas por esta nueva polémica, ya que los terneros que crían se venden en la carnicería de Aínsa, a menos de 6 kilómetros de donde pastan. El mercado exterior no está entre sus prioridades. «Solo engordamos los terneros que vendemos en Aínsa. Hoy en día es difícil defenderse en el mercado global; los grandes grupos copan todo», afirma.

Su caso como ganadero joven no es el único. En El Pueyo de Araguás recientemente han dado el paso de continuar la tradición familiar otros tres treintañeros. «Estudié seis años en Lérida, una Ingeniería Agrícola y un máster, pero siempre tuve la idea de volver porque me gustaba lo que hacíamos en casa», explica.

«Nuestro trabajo es muy vocacional, casi es un hobby ir a estar con los animales, porque nos gusta mucho», añade. Y tiene claro qué es lo que necesita el sector. «Hay muchas explotaciones pequeñas, pero tenemos muchos riesgos: el alza de los precios, la PAC... Y nos falta apoyo. Pero lo que asienta población en el territorio son este tipo de explotaciones», concluye .