Además de los regalos, si algo ha marcado el día de hoy ha sido el postre. Pocas han sido las casas en las que no se ha terminado la comida con un buen trozo de Roscón de Reyes. Paseando durante la mañana de la jornada festiva por cualquier barrio de la capital se podían observar una gran cantidad de familias que portaban la tradicional caja cuadrada con el postre. Lejos quedan los típicos roscones de nata, hoy en día distintos tamaños y sabores llenan los escaparates de panaderías, pastelerías y confiterías.

Durante toda la mañana de las colas fueron un constante para aquellos que quisieron esperar a último momento para comprar el postre para sus comidas familiares. Una de las pastelerías más visitadas ha sido la pastelería Tolosana con su tienda en la calle Canfranc a tan solo unos metros del paseo de Independencia en pleno centro de la capital.

Durante toda la mañana cuatro dependientas han trabajado sin descanso para servir los más de 300 roscones que se habían preparado para la mañana. «¿De nata, de crema o variado?» preguntaban las dependientas a los que iban en busca de su roscón.

«Hoy estamos a tope, hay bastante gente pero ayer con la cabalgata la verdad es que mucha gente se anticipó para no quedarse sin el suyo», comentaba Ana, una de las empleadas que ha pasado la mañana trabajando en el obrador de la pastelería. Solo para la mañana la pastelería contaba con más de 100 encargos.

«Tenemos el de relleno de nata de toda la vida, el que está relleno de crema y el que es variado y lleva un mezcla de las dos cosas», relataba la trabajadora. «El que más se vende sin duda es el de nata, es a lo que está más acostumbrada la gente y es lo que más gusta», añadía.

Agustín ha sido uno de los zaragozanos que ha acudido a buscar su roscón a Tolosana. «Nosotros nos repartimos, cada año uno de los hermanos lleva el roscón para la comida familiar y este año me tocaba a mi», comentaba el hombre con la caja en sus manos. «Ya pasé el lunes a encargarlo y así solo ha sido llegar y recogerlo», comentaba. En esta ocasión el elegido fue «el de toda la vida, el de nata» y en cuanto a tamaño «el grande, que somos muchos a comer», comentaba entre risas el zaragozano antes de partir junto a sus hijos y su mujer hacia la celebración del día de Reyes.