Los casos de reinfectados por covid empiezan a ser cada vez más habituales en los centros de salud de Aragón, desde donde sus médicos aseguran que «ha habido un aumento» de estos pacientes contagiados dos veces tras las vacaciones de Navidad. «Tenemos varios casos, pero es cierto que es un porcentaje mucho menor en comparación con los primeros infectados», apuntaba un sanitario de Parque Roma, en Zaragoza.

La variante ómicron, más contagiosa, tiene la culpa de esta situación porque ataca a todo el mundo por igual. En San Pablo, por ejemplo, tratan a «muchos» reinfectados estos días, según una médica del centro de salud. «Hay gente que se contagió con delta y ahora con ómicron. Esto está siendo habitual porque el virus ha mutado. Los casos de infecciones dos veces por una misma variante no los estamos viendo, yo al menos en mi consulta no he tenido ninguno», señaló esta sanitaria.

En el lado de los afectados, los testimonios son muy parecidos. Se trata de aragoneses que dieron positivo hace meses y ahora han vuelto a caer, generalmente, con menos síntomas y sin saber muy bien dónde se han podido reinfectar. «Yo lo cogí en agosto de 2020 y creo que la persona que me lo pegó fue mi madre, porque tuvo síntomas cuatro días antes que yo. Ella pasó un mes ingresada, muy grave, y aún tiene secuelas de ello. La segunda vez fue el pasado 6 de enero y lo supe por una prueba de antígenos, pero ahora desconozco dónde me he podido contagiar», relata a este diario L. A., una reinfectada zaragozana.

En su primer positivo perdió el gusto y el olfato durante tres semanas y acarreó mucha fatiga. En el segundo, sin embargo, ha tenido solo algo de mucosidad, congestión y dolor de cabeza «que duraron tres días», cuenta esta paciente, que se vacunó en junio.

Por su parte, Pilar González tiene 29 años y es maestra de Infantil. Actualmente está contagiada por segunda vez después de haberlo cogido con anterioridad en octubre. «Los síntomas son los mismos, pero muchísimos más suaves. La otra vez tuve más fiebre y pasé tres noches malas, pero ahora salvo por la tos no me encuentro tan mal», explica la joven.

Las Navidades pasan factura

Claudia Hernández, de 34 años, ha pasado confinada parte de las Navidades. Dio positivo en un test de antígenos el 29 de diciembre por segunda vez, ya que el pasado verano, a finales de julio, ya se había contagiado. Entonces perdió el gusto y el olfato, tenía algo de moquita y un poco de tos. «Esta vez me levanté un día con la garganta algo seca, pero empecé a notar cansancio y otra vez tos. En dos días se me pasó todo y anteriormente me costó mucho más que se fueran los síntomas», cuenta Hernández, también vacunada. «He tenido síntomas más leves y una sensación más de resfriado común. La otra vez la pérdida de gusto y olfato ya dejaban claro que era otra cosa», explica.

En cuanto a la repercusión de su contagio en el entorno más cercano, su pareja también dio positivo y la gran diferencia ha estado en que ahora la joven es mamá de un bebé de un mes. «Tuvimos que llamar al centro de salud para hablar con el pediatra, que nos indicó qué teníamos que hacer. Le hicieron una PCR en el hospital Infantil y dio negativo», cuenta. «Lo peor ahora ha sido el confinamiento y pasar la Nochevieja separados, tomando las uvas por videollamada, pero ya vendrá otra Navidad», dice.