El coste de la vida se disparó en Aragón en el 2021 como no se recuerda en las últimas décadas. Las familias ya habían padecido este repunte en el último tramo del pasado año, pero las cifras han superado todas las expectativas tras la subida del 1,1% en diciembre, que deja el incremento de los precios en la comunidad en el 7,2% en el último año, según los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

Se trata de la tasa más alta desde que hay registros y sitúa a Aragón como la tercera comunidad más inflacionista de España, solo por detrás de Castilla La Mancha (7,6%) y Castilla y León (7,3%). La comunidad está siete décimas por encima de la media nacional y 2,2 puntos de la eurozona, lo que provocará una importante pérdida de poder adquisitivo entre los aragoneses. 

El aumento de los precios de la vivienda (por el componente energético), el transporte (por el elevado coste de los carburantes y los combustibles) y la alimentación están detrás de repunte de los precios. Por ejemplo, la calefacción, el alumbrado y la distribución de agua fue el subgrupo más inflacionista en Aragón en 2021, con un alza del 49,1%. Esos fueron los factores que provocaron que los precios de la vivienda escalasen un 24,5% en el último año. Mientras, el coste del transporte se disparó el 11% (por la subida de los combustibles). 

El tercer grupo que más castigó el bolsillo de los aragoneses fue el de la alimentación. La cesta de la compra se encareció el 5,8%, sobre todo porque la carne de ovino subió el 23,5% y los aceites y grasas lo hicieron el 27,2%. Además, la carne de ave y el pescado fresco y congelado repuntaron el 8,8 y el 8,9%. Pero, en general, muchos de los productos vinculados con la alimentación repuntaron. Los huevos, por ejemplo, se encarecieron un 6,6% y el pan, el 5,2%. Solo hubo un subgrupo más barato, la carne de porcino, con un descenso de su coste del el 1,1% en el último año. 

Estos tres grupos (vivienda, transportes y alimentación) aportaban en diciembre 6,2 puntos porcentuales de los 7,2 puntos de la tasa de inflación en Aragón, es decir, explican por sí solos más del 86% de la tasa de inflación en este período, según los datos del INE. 

Otro de los culpables del incremento del IPC del 7,2% en Aragón fueron los precios de hoteles, cafés y restaurantes, que aumentaron el 3,8%. En definitiva, todos los grupos crecieron, salvo comunicaciones, que a cierre del 2021 cuesta el 0,3% menos.

Por provincias, la tasa de inflación en diciembre de 2021 se situó en un 7,9% anual en Huesca, el 6,8% anual en Teruel y el 7,1% anual en Zaragoza.

Un atisbo de esperanza

No obstante, la inflación subyacente --excluye de su cálculo alimentos no elaborados y productos energéticos-- cerraba el año en el 2,3% anual en Aragón, cuatro décimas por encima del dato del mes precedente pero muy alejada de la inflación general. El dato alimenta la esperanza de que la escalada del IPC sea algo temporal, pero para comprobarlo habrá que esperar la evolución de los precios en los primeros meses del 2022.

No obstante, el alto coste de la vida afectará al día a día de los ciudadanos aragoneses y restará poder adquisitivo. Los trabajadores cuyas condiciones laborales están condicionadas por un convenio colectivo perderán algo más de dos puntos de capacidad de compra, ya que la subida salarial media pactada en Aragón en 2021 fue del 1,52% y la inflación media alcanzó el 3,5%. Esto afecta a un total de 188.262 empleados, pero los efectos de la inflación llegarán, en algunos casos en mayor medida, a los más de 570.000 cotizantes que hay en la comunidad, según los datos de la Seguridad Social. 

Otro de los colectivos que verán mermada su economía doméstica son los funcionarios, ya que los más de 95.000 que hay en Aragón verán subir sus salarios un 2%, lejos del 7,2% del alza del IPC y del 3,5% de la media anual de inflación. Las pensiones, por su parte, aumentarán el 2% lo que deja la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados en alrededor de un punto y medio.  

Año complicado

Los sindicatos UGT y CCOO vaticinan un año complicado en la negociación colectiva. Eso sí, consideran «vital» que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, bien a través de la negociación colectiva o de la activación de cláusulas de revisión salarial con las que se busca acompasar los salarios al incremento de los precios. «El incremento de la inflación sostenida tiene que trasladarse a la negociación colectiva porque las empresas van a trasladar la subida de precios a sus productos y es injusto que los paganos sean los trabajadores», subraya Castillo. Eso sí, esa negociación dependerá de cada sector y de su situación es boyante o no, apunta.

Desde UGT, su responsable de Política Sindical e Industrial, José de las Morenas incide en que en estos momentos apenas uno de cada siete trabajadores están protegidos por cláusulas de revisión salarial. En este sentido, considera que «habrá que incluirlas» en las negociaciones de este año, bien con carácter retroactivo o en tablas salariales a partir del próximo año, sentencia. 

El IPC cierra con la tasa más alta de los últimos 30 años

La inflación cerró 2021 con una tasa interanual en diciembre del 6,5%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha rebajado en dos décimas el dato respecto a su avance de hace 15 días, pero aún así se convierte en la más alta desde mayo de 1992. La tasa media del ejercicio, el 3,1%, fue la más elevada desde 2011.

El Índice de Precios de Consumo (IPC) correspondiente a diciembre, que refleja un aumento de un punto respecto a la cifra de noviembre (5,5%) sigue suponiendo una gran erosión del poder adquisitivo de los salarios, que aumentaron una media del 1,47% el año pasado. El incremento del nivel general de precios afecta además a otras variables que van desde el ahorro hasta el alquiler que pagan los inquilinos.

Una de las variables que más ha influido en esta evolución del nivel general de los precios ha sido la luz, que se ha encarecido en el último año un 72% incluyendo las rebajas impositivas aplicadas a la factura de la electricidad. Descontando dichas rebajas fiscales, la subida interanual del precio de la luz sería del 96,8%, según se desprende de los datos del INE.

Al fuerte encarecimiento de la electricidad se han sumado otros componentes como la alimentación y el segmento de hoteles, cafés y restaurantes. Con respecto a noviembre, el aumento del IPC fue finalmente del 1,2% en lugar del 1,3%, estimado inicialmente.

Además, los servicios de alojamiento se encarecieron en diciembre en comparación con igual mes de 2020 y la restauración subió los precios por encima de lo que lo hizo un año antes. Por contra, los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales bajaron en diciembre de este año, en contraste con la subida que experimentaron en 2020.

La inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó en diciembre cuatro décimas, hasta situarse en el 2,1%. H