En unos días se cumplirán dos años desde que el coronavirus entró en las vidas de todos los aragoneses. Más de 300.000 lo han contraído, pero todavía existen algunos municipios (una treintena) en los que no se ha notificado ningún caso y que resisten como Astérix y Obélix ante la embestida del virus. Pero lo suyo no es cuestión de pócimas mágicas sino de la responsabilidad y también de una pizca de suerte. Bijuesca, un municipio de la provincia de Zaragoza que cuenta con 94 habitantes, no ha tenido ningún positivo entre sus vecinos. «No hemos hecho nada especial», asegura su alcalde, Ángel Millán Marín. Lo único, «seguir las normas» y las recomendaciones del médico y la enfermera (acuden tres y dos días, respectivamente al municipio) y cancelar fiestas patronales, aunque sí han organizado actividades culturales, sobre todo en verano. Es en la época estival cuando la población se multiplica por diez, pero aún así, han sorteado al coronavirus, y eso que «la gente no ha dejado de ir a la terraza del bar, aunque se suelen colocar por grupos», siempre los mismos», reconoce el primer edil, que tiene claro que «somos animales sociales»; y los turistas «también han ido al bar».

Bijuesca. El pueblo multiplica por diez su población en verano pero siempre con mascarilla. | SERVICIO ESPECIAL

El alcalde reconoce que también existe un factor de suerte, que se complementa con ideas imaginativas. Por ejemplo, en el bar, la terraza «ocupa casi la plaza entera» y caben unas trescientas personas, explica.

Lo mismo hicieron en Ardisa, también en la provincia de Zaragoza, que como el año pasado el «centro social se quedaba muy pequeño» decidieron instalar en la plaza una carpa de desahogo, lo que les ha permitido «estar protegidos y poder permitir encuentros sociales». Están censados unas 80 personas, aunque en Ardisa viven en invierno unas 20 personas y en Casas de Esper (10), que depende del consistorio ardisano. Hasta esta Nochevieja no habían notificado ningún positivo, pero ya lo tiene «uno que vive en el pueblo», el resto de los casos «viene el fin de semana».

Llegar hasta ahora sin contagios se ha debido a varios factores, la responsabilidad «tanto de los vecinos como de los que vienen los fines de semana y vacaciones», la naturaleza que les rodea, que hace que la gente «salga al campo, con la bici, y en actividades al aire libre», la labor pedagógica del médico de cabecera y, «como todo en la vida, hace falta un punto de suerte».