El coronavirus ha puesto patas arriba en los dos últimos años todo el tráfico de pasajeros en los vuelos comerciales del mundo entero. Un descenso brutal en los registros que, más allá de la estadística, siempre tiene consecuencias para administraciones que, como el Gobierno de Aragón, eligen la fórmula de firmar contratos de publicidad en el exterior con compañías que operan y que, aunque todas lo nieguen porque es ilegal hacerlo, estas usan para subvencionar sus vuelos y no quitarlos. En el caso del aeropuerto de Zaragoza, en plena pandemia y pese al descenso de viajeros en 2020 y 2021 con respecto a 2019, se han tenido que gastar 2.392.869 euros y, aún así, celebrar que ahorró 1,2 millones.

La DGA tiene contratos de publicidad con cuatro de las compañías que operan en la pista de Garrapinillos: Ryanair, Volotea, Wizz Air y Binter. En 2020, tenía presupuestados, antes de que el covid lo dinamitara todo en el planeta, hasta 2.455.365 euros, de los que finalmente acabó desembolsando 1.665.202. En 2021, el pago final ha ascendido a 727.667 euros, menos de la mitad que un año antes y, en ambos casos, por debajo de los 1.777.735 euros que se acabó desembolsando en 2019.

Menos dinero y más rutas

La diferencia no es solo monetaria, porque si se toma como referencia el dinero consignado en las cuentas de la comunidad, el ahorro podía elevarse mucho más, pero lo cierto es que la oferta de vuelos, con cierre del espacio Schengen incluido en 2020, nada tiene que ver con la de 2019. Y la ocupación tampoco.

En lo que respecta a las rutas disponibles, esto se puede decir que es algo positivo, ya que la programación de destinos es ahora, curiosamente, superior a la que había antes del covid en Zaragoza. Con respecto a la segunda, en negativo claramente, ya que los 467.783 viajeros de 2019 se convirtieron en 172.344 en 2020, el peor dato en más de 25 años, y en 278.453 el año pasado.

Evolución del tráfico de mercancías y del número de pasajeros del aeropuerto de Zaragoza.

Estos son datos muy importantes pero no por el hecho del éxito o fracaso tras haber dedicado dinero público a subvencionar rutas, sino porque en esos contratos con las compañías aéreas no se paga por asiento ocupado, sino por rutas en funcionamiento, por una publicidad en las ciudades con las que conecta por la que esas aerolíneas cobrarían aunque el avión fuera en vacío. Si tampoco se ha traducido en aumentar el número de pasajeros, aumenta lo que es la ratio de euros por asiento ocupado, a la que la Administración siempre resta importancia pero que para el contribuyente y quienes fiscalizan la acción política siempre es un indicador de referencia. También en otros medios de transporte.

Hasta 14 euros por plaza

En este sentido, se puede apreciar que la media de 2020 y 2021 (los dos ejercicios juntos), esa ratio ha subido a 7,8 euros de dinero público pagado por cada uno de los 306.455 asientos ocupados en las compañías con contrato. Mejor que analizarlo por separado, ya que si fuera así, este índice se dispara a 14,3 euros, por cada una de las 115.665 plazas usadas por pasajeros. Cierto es que en 2021, bajaría a 3,8, ya que se abonaron 727.667 euros por las 190.790 butacas que se ocuparon de rutas con contrato publicitario.

Para medir la importancia de esta ratio, hay que bucear en las cifras del último ejercicio libre de pandemias, el de 2019, cuando de los 467.783 pasajeros totales que hubo 332.977 viajaban a bordo de aviones con rutas subvencionadas y ese indicador era de 5,3 euros por plaza ocupada.

Por otra parte, en Zaragoza merece mención aparte, dentro del contexto actual, analizar las diferencias entre compañías que operan con y sin contrato de publicidad. La primera lectura es obligada: Ryanair es el que se lleva el trozo más grande del pastel público de subvenciones. Ha percibido 2.035.264 euros en dos años de los 2,39 millones totales. Fueron 1,47 de los 1,66 millones de 2020 y 560.932 de los 727.667 de 2021, un 77% de todo, para transportar 54.788 y 80.687 viajeros, respectivamente, en ese periodo. Dicho de otro modo, cada asiento ocupado en los aviones de la compañía irlandesa de bajo coste ha salido por 14 euros de media a la DGA. Antes del covid, en 2019, ingresó 1.134.000 euros y acabó llevando a 214.082 pasajeros, a 5,2 euros cada uno salía.

En este caso, sus cifras siempre condicionan todo y, en referencia a esa ratio, también la desvirtúa en un contexto tan excepcional como la pandemia. Y es que, por ejemplo, una compañía como Volotea ha acabado ingresando 100.000 euros de los 400.000 presupuestados en 2020 y cero euros en el último ejercicio. Su ratio baja a 2,17 euros por asiento ocupado pero es que sus viajeros han sido 19.476 hace dos años y 26.694 en el último ejercicio.

Además, para ella este 2022 será el último que lo haga con contrato publicitario, ya que el que se le adjudicó en concurso público en 2018 para las rutas de Venecia y Munich se prorrogó un año más por la pandemia y sus resultados no han terminado de convencer a la DGA como para dar continuidad a esta misma fórmula. En 2019 transportó a 24.611 personas ingresando 400.000 euros anuales, a más de 16 euros cada asiento ocupado.

Volotea decide este año

Este año, con covid y baja ocupación, ha sumado 26.694. Quizá por cosas así desde el Gobierno de Aragón ya se ha descartado un concurso similar este año y la aerolínea ahora deberá decidir si sigue volando sin ayuda en Zaragoza o quita sus rutas.

La que mejores resultados ofrece, a nivel de rendimiento de estos contratos, es Wizz Air, la compañía que ahora opera para las rutas de Bucarest y Cluj Napoca. Percibió 37.695 euros en 2020, aunque tenía en el presupuesto de Aragón hasta 225.890, y otros 91.735 en 2021, para mover a 31.222 y 56.644 viajeros, respectivamente, en estos ejercicios. Son menos 1,5 euros por asiento ocupado. Pero es que en 2019, sus 94.284 plazas llenas en sus rutas salían por 2,5.

Por último, la canaria Binter ha ingresado 128.175 euros entre los dos últimos años, 53.175 en 2020 y 75.000 en 2021, para acabar moviendo a 10.179 y 26.765 pasajeros, respectivamente, lo que deja su ratio de euros por asiento ocupado en 3,5 euros. Aunque lo más destacado de esta aerolínea es la apuesta, con y sin ayuda, por Zaragoza desde su aterrizaje justo antes del covid-19.