El busto relicario de San Valero que normalmente forma parte del retablo mayor de la Catedral de la Seo en Zaragoza ha sido por primera vez restaurado de forma completa. El motivo que llevó al cabildo de Zaragoza a realizar estos trabajo de mejora y limpieza del busto fue la participación de la pieza de orfebrería en la exposición 'La edad de los hombres' que se celebra de forma anual en la Catedral de Burgos y que ha tenido lugar en las últimas semanas.

Una vez terminada esta exposición en la que que han participado piezas de todas las diócesis de España, el busto ha vuelto a la catedral de la Seo y se está expuesta en una vitrina frente a la capilla de San Valero de la basílica donde, "por primera vez en decenios, los que quieran acercarse podrán observar la pieza de cerca y por sus cuatro lados, ya que su emplazamiento habitual está dentro del retablo mayor y solo se lo puede observar de lejos", ha explicado Ignacio Sebastián Ruíz, Director del Patrimonio Artístico del cabildo de Zaragoza. Hasta el próximo día 26 de enero el busto seguirá expuesto, después y con motivo de ceremonia de la celebración de la festividad de San Valero, volverá a su emplazamiento habitual.

El busto ha sido restaurado por primera vez en décadas. ÁNGEL DE CASTRO

La restauración ha corrido a cargo de Susana Navarro, experta en restauración en orfebrería, que durante tres meses ha trabajado sin sacar la pieza de la propia catedral por motivos de seguridad. Los trabajos han consistido en desmontar completamente todas las piezas que forman el busto para limpiarlas, recuperar la policromía del rosto, muy deteriorada y con grandes lagunas en algunos puntos del cuello y el rostro y reponer algunas de las piezas que se habían ido perdiendo a lo lardo de los años. La limpieza ha supuesto también recuperar el brillo de la plata y las piedras preciosas.

El busto se podrá visitar hasta el próximo 26 de enero cuando volverá a su emplazamiento habitual ÁNGEL DE CASTRO

Este busto data del año 1397 y llegó a la catedral como un regalo del Papa Luna Benedicto XIII desde la ciudad de Aviñón en Francia. Se trata de un busto a tamaño natural con un rostro completamente personalizado y que destaca por la naturalidad de la expresión del propio rosto. El busto de San Valero está construido en plata sobredorada y oro y, además, la mitra que corona el busto lleva distintas piezas preciosas engarzadas. El director de patrimonio ha querido recordar también que este relicario es único por contener "una de las reliquias más importantes que existen, el cráneo completo de San Valero".