Queda un año y medio para las próximas elecciones autonómicas en Aragón, pero el Partido Popular ya ha metido la quinta marcha para llegar a tiempo para arrebatarle la presidencia al socialista Javier Lambán y recuperar el mando en el Pignatelli tras dos largas legislaturas de ingrata oposición.

Así se desprende del cambio de rumbo imprimido por el nuevo presidente regional del partido, Jorge Azcón, en el grupo parlamentario de los conservadores en las Cortes de Aragón, que han pasado de realizar dos o tres ruedas de prensa semanales, a una o dos diarias. Toda una revolución para romper la dinámica anterior. Además, teniendo en cuenta que poco ha cambiado la vida política de la comunidad autónoma.

En estos días, no se han producido graves acontecimientos que expliquen una mayor búsqueda de presencia, ni hay movimientos que hagan pensar en un adelanto electoral. Ahora bien, en su legítimo ejercicio de oposición, los populares han optado por un cambio de ritmo. Y casi arrastran con su estrategia al cuatripartito.

El ejemplo más claro se produjo el miércoles con un carrusel de convocatorias encadenadas. Como el turno de réplica y contrarréplica que se da en las sesiones plenarias. A primera hora salía la nueva portavoz popular, Mar Vaquero, para presentar una iniciativa del PP sobre el apoyo a los Juegos Olímpicos de Invierno 2030 y el impulso a la unión de estaciones. Una propuesta en busca del consenso de las Cortes, que sin embargo forzará al cuatripartito que gobierna en Aragón a enseñar sus cartas y, previsiblemente, votar por separado.

Apenas media hora después, comparecían los grupos que sustentan al Ejecutivo en bloque en la misma sala de prensa del Parlamento autonómico. Pilimar Zamora (PSOE), Nacho Escartín (Podemos), Joaquín Palacín (CHA) y Esther Peirat (PAR) reaccionaban a las declaraciones del líder del PP valenciano, Carlos Mazón, en las que sin ambigüedades decía que «luchará» por conseguir el trasvase del Ebro y por colocar el tema de nuevo en la agenda pública. Excusa que tomaron para forzar al PP aragonés a ser claros respecto al trasvase. Más aún después de las palabras del líder del PP, Pablo Casado, hablando de «cuencas cedentes y deficitarias» pocos días después de la riada extraordinaria del Ebro, cuando se encumbró a Jorge Azcón como líder en Aragón.

Dicho y hecho. Aún sin abandonar los periodistas la sala del prensa, el Partido Popular les convocó de nuevo. Llegaba la reacción del PP a la del cuatripartito sobre las palabras de Mazón. Y si los grupos que forman el Gobierno aragonés pedían un rechazo rotundo, es lo que obtuvieron del PP. Mar Vaquero presentó una declaración institucional «en contra de cualquier trasvase del Ebro» y para «impulsar las obras pendientes del Pacto del Agua». Tras estas palabras ya no hubo reacción a la reacción de la reacción, y habrá que esperar al próximo pleno de las Cortes para ver cómo se votan dos iniciativas casi idénticas presentadas por el Gobierno y el principal partido de la oposición. El PP de Azcón.

Esta misma semana también han reforzado su presencia pública las titulares de Sanidad, Ana Marín, y Ciudadanía, Marián Orós, que son a su vez las nuevas portavoces adjuntas del grupo. Y a todas estas convocatorias se suma el altavoz que acompaña a Jorge Azcón, además de presidente del partido, alcalde de Zaragoza, que esta semana ha criticado al Gobierno aragonés por el reparto de los fondos europeos, en línea con la posición del partido que ha marcado Génova.

Y mientras el PP cambia de marcha, las relaciones institucionales siguen. Esta misma semana, Azcón y Lambán coincidieron en el acto de la Federación aragonesa de Fútbol hablando de la futura Romareda. Falta por ver si vendrán curvas.