No hay normalidad en ningún transporte de viajeros en España ni Aragón, pero el pasado año se produjo una evidente recuperación a tenor de las cifras que ya empiezan a conocerse. El Cercanías de Zaragoza logró 250.000 viajeros, 71.000 más que el primer año del covid y un 39,6% de crecimiento, y las líneas regionales (con y sin subvención del Gobierno de Aragón para mantener la oferta), las conocidas como Media Distancia en Renfe, llegaron a 1,26 millones de viajeros, 430.000 más que en 2020.

Ambos resultados suponen recuperar para el servicio ferroviario doméstico en la comunidad hasta medio millón de usuarios. El problema es que en el ejercicio anterior, con el estallido de la pandemia y dos estados de alarmas, se perdieron más de 700.000 con respecto a 2019.

El Cercanías de Zaragoza, la línea de 16 kilómetros entre Casetas y Miraflores, es la que más cerca está de retornar a una normalidad entendida como tal la que había antes de la pandemia, en 2019. Con los datos de 2021, este año estaría a solo 31.000 viajeros de los 281.049 logrados hace dos ejercicios. Un incremento de poco más del 10% en este 2022 que se ve asumible si no hay sorpresas en la situación sanitaria.

El punto de inflexión

El problema es que esa normalidad dista mucho de los años de buenos resultados como los obtenidos del 2013 en adelante. Con la puesta en marcha de la céntrica estación de Goya se llegó a 304.000 y en 2015 se obtuvo el récord de pasajeros aún vigente de 307.440.

Desde entonces, cuatro años consecutivos de caída en el uso hasta los 275.257 de 2018 a los que, curiosamente, el año 2019 había conseguido poner freno y marcar el primer incremento en un lustro con 281.049 usuarios. Luego llegó el covid para derrumbar esa tendencia y marcar 179.000 en un 2020 que será difícil de empeorar en el futuro.

Con respecto a las líneas regionales, la evolución en las cifras de 2021 ha sido similar. El año 2020 terminaba con un batacazo en las cifras tras haber perdido el 42% de los viajeros. Fueron 830.000 viajeros en la Media Distancia de Renfe que suponía perder en torno a 600.000 de los 1,43 millones de usuarios de 2019.

El año pasado se obtenían 1,26 millones, recuperando para esos mismos convoyes hasta 430.000 de esos pasajeros perdidos el año anterior, por lo que está a 170.000 de regresar a la normalidad que se quedó aparcada en 2019. A poco más del 10% de incremento que debería producirse este año, también se antoja un objetivo asumible.

De esos 430.000 usuarios recuperados, 340.000 se han incorporado en la provincia de Zaragoza, que ha pasado de los 665.000 viajeros del primer año de la pandemia a superar la barrera psicológica del millón con 1.005.000 aproximadamente. En la de Huesca, se ha pasado de 116.000 a 167.000. Y en la de Teruel, los 88.000 de 2021 han sido casi un 80% mas que los 49.000 de 2020. Está última ha sido porcentualmente la que más ha crecido pero cuantitativamente la que menos pasajeros ha aportado.

Además, esta recuperación se produce en un 2021 en el que la DGA y Renfe mantuvieron un pulso por el mantenimiento económico de las líneas deficitarias que atraviesan Aragón y otra comunidad, Cataluña y Comunidad Valenciana en este caso. Un órdago aragonés que estuvo a punto de costarle la desaparición del servicio y estuvo acompañado de protestas a pie de andén de los usuarios que se iban a ver afectados. Finalmente las aguas volvieron a su cauce en septiembre y esa recuperación en las cifras no se vio afectada en el último cuatrimestre del año.