Uno de los 15 grandes acuerdos propuesto por Javier Lambán en el Debate sobre el estado de la comunidad se refirió a la producción y ordenación de las energías renovables, sector que Aragón lidera en los últimos años y donde quiere convertirse en un referente de cara al futuro. Por eso desde la DGA se busca un modelo propio democratizado y sostenible, según ha explicado este lunes el presidente de Aragón. Es decir, un ecosistema que favorezca la economía y a los ciudadanos de Aragón, que al mismo tiempo no vaya en detrimento de otros sectores como la agricultura o el turismo.

De eso se ha hablado en la reunión sobre el pacto de la energía que tuvo lugar en el Pignatelli, donde acudieron también el vicepresidente, Arturo Aliaga, los consejeros Mayte Pérez y Joaquín Olona, así como distintos responsables del clúster de la energía, los agentes sociales, las entidades locales y miembros de la Universidad de Zaragoza. «El anhelo es que Aragón pueda dotarse de un modelo energético propio», ha asegurado Lambán.

Aragón prepara un modelo de energía propio y para todos

El volumen de megavatios puesto en marcha y las autorizaciones de otros proyectos es muy alto en la comunidad, tanto en lo que se refiere a la eólica como a la fotovoltaica. Todo ello, entienden en el Gobierno, requiere un ejercicio de reflexión que sirva para encauzar algunas cuestiones que precisan de mayor control y optimización. La DGA quiere que ese gran potencial de energías renovables se democratice. Se trata de que el beneficio no esté sometido a las grandes empresas como ha sido tradicional, sino que esté más cerca del consumidor, tanto a la hora de disfrutarlo a un precio más barato como en el control del mismo. «Que se democratice y beneficie a toda la población, no a las grandes compañías sino al ciudadano», ha explicado el presidente.

En segundo lugar, se trata de que este caudal energético de la comunidad redunde en la lucha contra el cambio climático y acelere la transición energética. Se pretende que el volumen de producción de renovables refuerce la competitividad de la economía aragonesa, no solo facilitando energía barata al tejido productivo aragonés, sino también produciéndose sin interferir ni perjudicar a otros sectores de la economía, bien sea el turismo, el aprovechamiento sostenible del medioambiente o la agricultura.

«No parece razonable que un sector se haga a costa de otros, suprimiendo cultivos rentables que engrandecen la agroindustria aragonesa, alterando o anulando regadíos e inversiones en contrataciones parcelarias en las que ha habido una importante aportación de fondos públicos. Ante lo que parece un contrasentido, se busca eliminarlo», ha dicho Lambán, que ha incidido en que se busca «la democratización, la sostenibilidad y la competitividad de la industria, sin detrimento del resto de sectores de la economía que en modo alguno se pueden ver afectados por el desarrollo de las energías renovables», que han encontrado contestación rotunda en zonas como el Matarraña o el Pirineo.

Este propósito de acercarse a un modelo energético aragonés propio empezó el pasado septiembre, tras una reunión de Lambán con la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, y que luego los titulares de Industria y Presidencia han trabajado con los distintos sectores implicados, intercambiando criterios con el clúster, la universidad, la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP), los promotores de los proyectos piloto de comunidades energéticas locales o los productores de energías renovables. Todos estos actores se han reunido este lunes, junto a instituciones locales y agentes sociales, para poner en común la información disponible y lanzar los siguientes procesos dirigidos hacia el modelo de energía propio.

"Se trata de crear un grupo de trabajo para firmar los oportunos convenios que conduzcan en los próximos meses a la implantación de comunidades energéticas locales. Sobre esa figura pivotará el modelo energético aragonés"

Javier Lambán - Presidente de Aragón

«Se trata de crear un grupo de trabajo para firmar los oportunos convenios que conduzcan en los próximos meses a la implantación de comunidades energéticas locales –hay dos experiencias piloto ya iniciadas en Platea y Luco de Jiloca–. Sobre esa figura pivotará el modelo energético aragonés», ha indicado Lambán, que ha explicado que también se analizará la legislación en esta materia y las futuras autorizaciones de parques, tanto en lo que se refiere a las leyes aragonesas como en propuestas para la modificación de la legislación nacional pertinente, «que en este caso es determinante», puntualizó el presidente.

Además, aprovechando la figura ya existente de las oficinas de transformación comunitaria, se constituirá una Oficina como organismo para impulsar las comunidades energéticas locales y coordinar todas las políticas, al tiempo que se constituirá una mesa de diálogo en la que entren a formar parte también las fuerzas políticas representadas en el Parlamento aragonés. Para el Gobierno de Aragón es «de capital importancia» el desarrollo de la energía porque de ella dependen éxitos futuros de su economía. «De la economía producida en Aragón puede depender que los ciudadanos tengan suministro más barato que hasta ahora y por eso es vital acertar en el trabajo realizado y que sea sostenible en el tiempo», cree el jefe del Ejecutivo autonómico, que se muestra en contra de que Aragón produzca energía para otras regiones.

Exportar energía a otros "no me hace ilusión"

«Las grandes líneas de alta tensión para exportar energía a otras comunidades no me hacen ninguna ilusión», dice Lambán, que ha advertido que su preocupación por el impacto negativo que pueda tener la producción de energía sobre otros sectores «se extiende a cualquier tipo de proyecto de naturaleza autonómica o estatal».

En este sentido, el presidente ha admitido que en algunas situaciones en las que los municipios están expresando su rechazo a estos proyectos «tienen toda la razón», por lo que ha anunciado la intención del Gobierno de tratar de adaptar las normas para que «sin detrimento del desarrollo de las energías y grandes empresas aragonesas permita que transcurra por los cauces de lo razonable y de la sostenibilidad a todos los efectos».