La solidaridad y la fiesta se dieron este sábado la mano con el roscón como protagonista. Con motivo de San Valero y tras casi dos años de dura y inacabable pandemia, el tradicional postre del 29 de enero no podía faltar en los comedores y centros sociales de la ciudad de Zaragoza para tratar de endulzar y alegrar el día a todos los usuarios de estos espacios. Y una fecha tan señalada como esta es también una excelente oportunidad para ensalzar y reconocer la labor de quienes prestan estos servicios en favor de las personas que viven en situaciones de vulnerabilidad.

Un año más, EL PERIÓDICO DE ARAGÓN puso su granito de arena para que nadie se quedara sin probar este sabroso dulce. Lo hizo con la colaboración inestimable del Ayuntamiento de Zaragoza y la empresas Frutos Secos El Rincón y el obrador El Artesano, que se encargó de elaborar las decenas de bollos redondos que se repartieron en una decena y media de centros asistenciales de la capital aragonesa.

Visita a las instalaciones del complejo de Torrevirreina. | JAIME GALINDO

Fueron en total más de 1.000 raciones solidarias las que llegaron a los comedores y servicios sociales del Albergue Municipal, la Casa de Amparo, la Hermandad del Refugio, las Hijas de la Caridad, San Antonio, la Parroquia del Carmen, la Fundación San Eugenio, Fundación San Blas, La Caridad, YMCA, el Centro de Solidaridad del Proyecto Hombre, la Fundaz, la Fundación Familias Unidas y la Fundación Federico Ozanam. En la granja-escuela Torreavirreina, uno de los complejos que gestiona esta última entidad, se llevó además a cabo un reparto simbólico.

El reparto solidario contó con la presencia de dos ediles. | JAIME GALINDO

Todos ellos son lugares esenciales para hacer de Zaragoza una ciudad más altruista, amable y comprometida con quienes más lo necesitan, centros que son indispensables para ayudar a las personas que carecen siquiera de un sustento o un hogar. En esta situación hay perfiles muy diversos. Bien lo saben en el albergue de Torreavirreina, situada en el barrio de Movera, donde residen once jóvenes provenientes de centros de menores que, al cumplir la mayoría de edad, carecen un lugar para vivir y ganarse la vida por sí solos.

Un monitor y dos de los jóvenes que residen en el albergue juvenil que la Fundación Ozanam gestiona en Movera. | JAIME GALINDO

Sus familias están a miles de kilómetros pues casi todos ellos son de origen marroquí. Ozanam les proporciona programas de emancipación para que se inserten social y laboralmente. Esta solo una parte de la labor multidisplinar que se hace en este centro y que ayer pudo conocerse de primera mano en una visita con motivo del reparto de los roscones solidarios. Hasta allí se acercaron los concejales del Ayuntamiento de Zaragoza Paloma Espinosa y Alfonsa Mendoza, acompañados por el director de EL PERIÓDICO, Nicolás Espada, y la gerente del diario, Cristina Sánchez, que fueron guiados por las instalaciones por Agustín Colas, vicepresidente de la Fundación Ozanam, y José María Lamana, coordinador del área social de la entidad.

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San Valero 2022 Andreea Vornicu

El centro impulsa programas de cualificación inicial en el ámbito de la carpintería y la horticultura. Cuenta además con una finca de agricultura ecológica, cuya producción se destina al Banco de Alimentos, así como una granja-escuela que visitan cada año miles de escolares, un lugar de esparcimiento a la que acuden los fines de semana y en verano los niños de familias vulnerables de la ciudad.