Aragón lidera en los últimos años la producción de energías renovables. El volumen de megavatios puestos en marcha y de autorizaciones de más proyectos es muy alto, tanto en eólica como en fotovoltaica. En medio de un «ejercicio de reflexión», el Gobierno de Aragón trata de que el gran potencial actual y futuro de energías renovables «se democratice», controlando que el beneficio no esté sometido a las grandes empresas como ha sido tradicional, sino que esté más cerca del consumidor en cuanto a su disfrute más barato como en su control.

Esta fue una de las conclusiones extraídas en la reunión de trabajo del denominado Pacto por la Energía en Aragón, celebrada el pasado 25 de enero en el Edificio Pignatelli. En el encuentro participaron el presidente aragonés, Javier Lambán, junto con el vicepresidente, Arturo Aliaga, y los consejeros de Presidencia y Agricultura y Medio Ambiente, Mayte Pérez y Joaquín Olona, respectivamente, además del director general de Energía y Minas, Sergio Breto. También asistieron responsables del Clúster de la Energía, agentes sociales, entidades locales y Universidad de Zaragoza, entre otros organismos.

Abaratar el suministro y contribuir a la competitividad de la economía

El Gobierno de Aragón trabaja para que el nuevo modelo aragonés redunde en la lucha contra el cambio climático y acelere una transición energética en la que el Ejecutivo autonómico está implicado. Del mismo modo se trata de que el volumen de producción de renovables refuerce la competitividad de la economía aragonesa, no solo facilitando energía barata al tejido productivo aragonés, sino también produciéndose sin interferir ni perjudicar a otros sectores de la economía, como el turismo, el aprovechamiento sostenible del medioambiente o la agricultura, admitieron desde el Gobierno de Aragón.

«No parece razonable que un sector se haga a costa de otros, suprimiendo cultivos rentables que engrandecen la agroindustria aragonesa, alterando o anulando regadíos e inversiones en contrataciones parcelarias en las que ha habido una importante aportación de fondos públicos. Ante lo que parece un contrasentido, se busca eliminarlo», reconoció Lambán. Por tanto, «se busca la democratización, sostenibilidad y competitividad de la industria, sin detrimento del resto de sectores de la economía que en modo alguno se pueden ver afectados por el desarrollo de las energías renovables», añadió.

Aragón lidera en los últimos años la producción de energías renovables. Jaime Galindo.

En esta hoja de ruta se pretende crear un grupo de trabajo para firmar los oportunos convenios que conduzcan a la implantación de comunidades energéticas locales en los próximos meses en el territorio. Sobre esta figura pivotará el modelo energético aragonés. También se analizará la actual legislación en esta materia y las futuras autorizaciones de parques para hacer las propuestas correspondientes tendentes a la consecución de estos fines, tanto en lo que se refiere al margen de legislación aragonesa como en propuestas para la modificación de la legislación nacional pertinente, «que en este caso es determinante», puntualizó el presidente aragonés.

Además, se constituirá una oficina como organismo para impulsar las comunidades energéticas locales y coordinar todas las políticas, aprovechando la figura ya existente de las oficinas de transformación comunitaria. También se creará una mesa de diálogo en la que entren a formar parte también las fuerzas políticas representadas en el Parlamento aragonés.

Para el Gobierno de Aragón, es de «capital importancia» el desarrollo de la energía porque de ella dependen muchos éxitos futuros de la economía aragonesa. «De la economía producida en Aragón puede depender que los ciudadanos tengan suministro más barato que hasta ahora y por eso es vital acertar en el trabajo realizado y que sea sostenible en el tiempo», subrayó Lambán.

Aragón cuenta con 1.886 parques solares fotovoltaicos y 154 eólicos

Aragón exporta el 44% de la energía. La comunidad tiene una potencia equivalente a la de nueve centrales nucleares y, aunque no cuenta con ninguna instalación de este tipo, suma 9.183 megavatios instalados y sigue creciendo. El 70% de ellos están situados en los ríos, montes y campos del territorio en forma de centrales hidráulicas, eólicas y fotovoltaicas. Con estos recursos propios, que no hay que comprar a terceros países y que aportan la electricidad más barata, podría incluso autoabastecerse actualmente.

La comunidad aragonesa es, por tanto, excedente en energía. La eólica, con una cuota del 40% fue la primera fuente de generación de Aragón, seguida por la hidráulica (20%). La fotovoltaica produjo un 8%. La suma de las tres fuentes renovables alcanza el 68% de la generación de energía eléctrica de la comunidad, un nivel al alcance de pocos territorios que cada año no para de crecer.

En Aragón hay 154 parques eólicos (123 en la provincia de Zaragoza, 11 en Huesca y 20 en Teruel) y 1.886 solares fotovoltaicos (1.035, 425 y 426), con una potencia de 4.317 y 1.397 megavatios respectivamente. Además, hay en tramitación 12.553 MW de renovables, repartidos en 138 parques eólicos y 402 fotovoltaicos.