Efectivos del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil de Huesca han tenido que emplearse a fondo este fin de semana para rescatar a una esquiadora madrileña en Benasque que se había accidentado. Ocurrió el pasado viernes cuando recibieron el aviso de una mujer, de 48 años y vecina de Torrejón de Ardoz (Madrid), que necesitaba ser auxiliada tras sufrir una caída en la que se fracturó una pierna. La operación no podía llevarse a cabo en helicóptero al no haber ya luz porque era de noche. Así las cosas, los agentes tuvieron que caminar casi tres horas sobre la nieve para llegar al lugar donde se encontraba la herida y otras tres horas más para regresar tirando de una camilla en la que transportaban a la personas accidentada.

En concreto, la institución armado recibió un aviso a las 17.20 horas de l pasado viernes en el que se informaba de que la mujer tenía, al parecer, una fractura de tibia y peroné. La víctima se localizaba debajo del pico de Remuñe y en las proximidades del Ibonet del Arenal, situado el término municipal de la citada localidad de la comarca de la Ribagorza.

Un duro descenso

Los especialistas de montaña de la Guardia Civiil acudieron al lugar haciendo la aproximación a pie pero siendo difícil progresar debido al estado en que estaba la nieve, según detallaron desde la Benemérita en una nota de prensa. Tras la caminata, en torno a la nueve de la noche, se encontraron a la esquiadora, que estaba bastante nerviosa por la situación que había vivido.

Una vez allí, los agentes le proporcionaron bebida caliente y procedieron a colocarla debidamente en una camilla para luego iniciar el descenso por la nieve, todo ello en unas condiciones difíciles al ser de noche y por las bajas temperaturas.

Ya de madrugada, sobre las 01.20 horas, el equipo de rescate consiguió llegar al aparcamiento del Vado tras unas tres horas de» duro descenso físico», según destacaron desde la Guardia Civil. Desde ese lugar fue transferida a una ambulancia y trasladada al hospital de Barbastro para realizarle las correspondientes pruebas diagnósticas y los cuidados.

Aunque la situación de la esquiadora no revestía a priori una extrema gravedad, las condiciones que se dieron hicieron que el rescate fuera complicado, aunque es algo a lo que están acostumbrado los especialistas del GREIM.