Los zaragozanos ha llenado el Pirineo oscense durante este pasado puente de San Valero, en el que los valles registraron una afluencia «muy alta» según las asociaciones de empresarios turísticos, en gran medida por el tirón del esquí. El regreso a casa ha provocado este domingo complicaciones en el puerto de Monrepós.

En la comarca de Jaca hubo un «lleno total», mientras que Sos, en las Altas Cinco Villas, alcanzó un 80% de ocupación. Otras partes del territorio, como el Moncayo, se vieron perjudicadas por el cierzo que sopló este domingo con fuerza en el valle del Ebro.

«El buen tiempo y las buenas condiciones de la nieve han ayudado a que haya un llenazo», explicó ayer Luis Terrén, de la asociación de empresarios turísticos del valle del Aragón. «Ha habido muchos aficionados en Candanchú y en Astún y lo cierto es que todas las poblaciones del valle, desde la frontera hasta Jaca, se han llenado de visitantes», añadió.

Un fenómeno similar, que se produce siempre que es fiesta en Zaragoza, como en San Valero y para la Cincomarzada, se vivió también en el valle de Tena y en el Sobrarbe, en localidades como Aínsa, que el próximo fin de semana celebrará su popular y multitudinaria feria local. «La ocupación es muy alta», señaló, por su parte, José María Ciria, que dirige la Asociación de Empresarios Turísticos del Valle de Benasque.

Coches en caravana cerca de Sabiñánigo, en sentido Huesca. SERVICIO ESPECIAL

La clientela de esa parte de la Ribagorza es en gran medida catalana, por la cercanía geográfica, pero el hecho de que hubiera tres días de fiesta animó a muchos zaragozanos a hacer más kilómetros para ver otras partes del Pirineo más alejadas de la capital.

Otra zona que registró una gran afluencia fue la de las altas Cinco Villas. «Hemos estado al 80% la noche del sábado al domingo», indicó Felipe Díaz Cano, que regenta un hotel en el casco medieval de Sos del Rey Católico. «En gran medida se debe a que hay negocios hoteleros cerrados por estar de vacaciones, pero también a que el tiempo es bueno y a que hay muchas ganas de salir tras el encierro del coronavirus», apuntó Díaz.

El Moncayo, por otro lado, se llenó durante el fin de semana, pero este domingo el cierzo sopló con fuerza y la afluencia se resintió y bajó de inmediato, señaló Jesús Andía, alcalde de Trasmoz.

También tuvieron un aumento de visitas procedentes de Zaragoza las comarcas más turísticas de Teruel, como Albarracín, el Matarraña y el Maestrazgo. Pero en esas zonas el turismo zaragozano es minoritario en comparación con el procedente de la Comunidad Valenciana.

Espectacular accidente en Siétamo

Y, como ocurre siempre, el puerto de Monrepós, en la A-23, ha sido este domingo el termómetro de la afluencia al Pirineo oscense, dado que canaliza la mayor parte del tráfico de ida y de vuelta y ha complicado algo la circulación.

«A media tarde no ha llegado a haber retenciones, pero sí un tráfico muy intenso, en especial en la variante de Sabiñánigo, hasta la rotonda del acceso sur, y en el tramo sin desdoblar del Hostal de Ipiés y de Lanave», informó una fuente del Centro de Gestión de Tráfico en Zaragoza.

A partir de este último punto, al entrar los vehículos en los dos carriles de ascenso del puerto, el tráfico se descongestiona y desaparece la circulación en caravana.

Por otro lado, se ha registrado esta tarde, sobre las 20.00 horas, un espectacular accidente en la A-22. Un coche que iba en sentido Huesca no ha reducido la velocidad al llegar al final de la autovía, a la altura del ramal que conduce a Siétamo, y se ha llevado por delante las balizas de plástico situadas donde se corta la calzada.

El vehículo ha volcado nada más traspasar el límite de la A-22 y sus ocupantes han sufrido lesiones de diversa consideración, pero, al parecer, de escasa gravedad. No se han registrado retenciones debido a que el turismo ha quedado fuera de la autovía.