Aragón sigue escalando peldaños en todo lo que tiene que ver con las renovables. Año tras año se afianza como uno de los grandes epicentros de un negocio, eso sí, sobre el que pesa una creciente controversia sobre el impacto en el paisaje y el medio ambiente de las plantas energéticas, al tiempo que se aviva el debate sobre si aportan suficiente riqueza y valor añadido en los territorios donde se asientan.

En un 2021 marcado por los precios estratosféricos de la luz, la comunidad juega un papel decisivo para España cumpla los objetivos europeos de penetración de energías limpias, con las que se busca reducir la huella ambiental y las emisiones de efecto invernadero. La comunidad volvió a batir el pasado año todos los récord en la generación eléctrica con tecnologías verdes, que ya suponen el 80% de su producción total de luz, con un incremento del 16% respecto al año anterior, según los datos provisionales de Red Eléctrica de España (REE) de los diez primeros meses del ejercicio.

La potencia instalada de estas fuentes de energía también ha dado un importante estirón, siendo la región líder a nivel estatal en la puesta en servicio de nuevos parque eólicos y la tercera en cuanto a plantas fotovoltaicas.

En concreto, la producción renovable entre enero y octubre rozó los 12.000 gigavatios hora (GWh), prácticamente lo mismo que en todo el año 2020. De esta manera y por segundo año consecutivo, la comunidad es capaz de autoabastecerse —al menos sobre el papel— con la energía que se obtiene en las diferentes instalaciones situadas en los montes, los campos y los ríos, algo de lo que pueden presumir pocos territorios en toda Europa.

Más capacidad eléctrica

Solo con los 9.600 GWh generados con los aerogeneradores y las placas solares sería posible cubrir de sobra la demanda global de luz que tiene la autonomía, que rondó los 8.700 GWh en dicho periodo, siendo esto la primera vez que ocurre. Si se suma además la producción obtenida en los saltos de agua de los embalses, el superávit en autoabastecimiento con renovables llega al 37%.

El mayor rendimiento de las tecnologías que no emiten dióxido de carbono se ha debido a las instalaciones eólicas y fotovoltaicas, que han aportado un 38% y un 23% más de energía entre enero y octubre, respectivamente, en relación al mismo periodo de 2020. En concreto, con la fuerza del viento se generaron 7.934 gigavatios hora y con la radiación solar otros 1.747. La hidráulica, sin embargo, experimentó un descenso productivo del 26%, hasta 2.245 GWh.

Por otra parte, Aragón fue la comunidad autónoma que más incrementó en 2021 la potencia eólica instalada (casi un 5% más respecto a 2020), que ya supone el 45% de los 9.934 megavatios (MW) de capacidad de producción de electricidad que tiene el territorio al cierre de 2021. Esta tecnología alcanza los 4.491 MW, tras sumar 207 con los aerogeneradores conectados a la red en el último año (casi un 5% de incremento), una cifra que se más que duplicado en solo cuatro años y que le sitúa en la segunda plaza del ránking autonómico. Solo le supera por Castilla y León (6.384), pero esta región le dobla en superficie.

En fotovoltaica, la comunidad cerró el pasado ejercicio con 1.447 MW de potencia, 350 más, siendo la tercera autonomía que más megas suma de esta tecnología tras Extremadura y Castilla-La Mancha. 

La demanda de electricidad se recupera

Por otro lado, la demanda eléctrica de los hogares y empresas de Aragón volvió a crecer el pasado años tras desplomarse por la pandemia en 2020. En los diez primeros meses del año subió un 3,8%, hasta 8.700 gigavatios hora, todo un síntoma de cómo la recuperación económica se ha abierto camino tras la crisis de coronavirus. No obstante, no se han alcanzado todavía los valores previos a la crisis sanitaria, debido principalmente al irregular funcionamiento de la industria. De hecho, el repunte del consumo de electricidad es bastante inferior al bajón del 6,5% que se registró en 2020, en línea con el descenso experimentado a nivel nacional (5,6% de caída).

Elaboración propia. EL PERIÓDICO

Por tecnologías, la eólica volvió a ser la primera fuente de generación eléctrica de Aragón a gran distancia del resto, con una cuota del 53% en 2021 (a falta de contabilidad los datos de noviembre y diciembre), lo que supone trece puntos más que en 2020 (40%). En la segunda posición se situó la cogeneración, un sistema de producción de luz que aprovecha los procesos industriales que generan calor, que aportó el 16%. En el tercer lugar se situó la hidráulica, con el 15%, que sufrió un desplome en su actividad del 26%. Le siguió la fotovoltaica, que gana cada año un mayor protagonismo en el mix energético autonómico y ya representa el 12% del total frente al 8% del año anterior.

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La suma de estas tres grandes fuentes renovables (eólica, hidroeléctrica y solar) alcanza el 80% de la generación de energía eléctrica de la comunidad, doce puntos porcentuales más que en 2020 (68%), un nivel al alcance de pocos territorios que cada año no para de crecer.

La producción renovable de Aragón tiene igualmente cada vez más peso en el tarta del sistema eléctrico nacional. Los casi 12.000 gigavatios hora generados en la comunidad en los diez primeros meses del pasado año representaron el 12% de la producción de energía verde que hubo en España. Este porcentaje solo es superado por Castilla y León (20%), Galicia (14,7%) y Andalucía (13,6%).