Hoy, 3 de febrero, está marcado en el calendario santoral San Blas. En Aragón hay diferentes maneras de vivir esta fecha señalada y además este año se han retomado las tradiciones tras mejorar la situación de la pandemia. Por un lado, este es patrón de algunos pueblos, como Ateca, cuya celebración fue delarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón en 1995. Sin embargo, también tiene otros significados. Por ejemplo, en Zaragoza se llevan a cabo varias misas en la parroquia de San Pablo en las que se pide protección frente a los males de garganta y enfermedades respiratorias a este santo al que se le tiene mucha veneración en Aragón.

En esta ocasión, la parroquia ha adaptado su tradicional celebración a la situación sanitaria de la pandemia del coronavirus con el fin de evitar contagios y riesgos en la salud de los participantes. Este año, teniendo en cuenta las circunstancias, se han aplicado cambios en horarios, acceso y estancia en el interior del templo durante toda la jornada.

Así, la iglesia ha permanecido abierta para la visita y oración a San Blas de 9.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 20.30 horas. Por su parte, las misas tendrán lugar a las 10.00, 11.00, 12.00. 13.00, 17.00, 18.00, 19.00 y 20.00 horas.

Por su parte, la Máscara de Ateca ha vuelto a salir por las calles de la localidad después de que el año pasado tuviera que suspenderse la festividad debido a la pandemia del coronavirus. El singular personaje, debido a la pandemia del coronavirus, en lugar de realizar tres actos, este año simplemente ha realizado el encendido de la hoguera y la famosa subida al cerro.

La Máscara de Ateca es una de las celebraciones populares más famosas de la provincia de Zaragoza, que pese a haberse adaptado a los nuevos tiempos apenas ha cambiado en los últimos 125 años. Esta cita popular se vio influida por las tensiones que se vivieron en el siglo XIX entre realistas y liberales y entre carlistas e isabelinos, llegó a ser prohibida durante tres años en la Segunda República, y ha tenido que suavizarse atendiendo a nuevas costumbres que se han impuesto a las propias.

Este colorido personaje volverá a ser el protagonista de las celebraciones en honor del patrón, San Blas, gracias a sus esperadas apariciones ataviado con un traje de franjas verticales rojas y amarillas, un gorro, cascabeles, un sable y una cobertera (el pequeño escudo circular con el que ejerce su función protectora).