Es probable que pocas personas no hayan oído hablar nunca de la Ruta 66. Este trayecto de casi 4.000 kilómetros entre Chicago y Los Ángeles (Estados Unidos) fue un día símbolo de la emigración y la búsqueda de oportunidades de los estadounidenses en el segundo tercio del siglo pasado. Seguramente sean más las que desconozcan otra más próxima, una que podría denominarse como la ruta de la despoblación: la N-234.

La asociación cultural Pueblos en Arte, asentada en el pequeño pueblo bilbilitano de Torralba de Ribota, lleva desde 2015 luchando contra ese fantasma que asola a parte de la Laponia española con los medios que tienen a su alcance, que ante todo, pasan por la originalidad. En esa línea va su última propuesta, financiar el viaje de 5 artistas que recorrerán en furgoneta durante 15 días los 482 kilómetros de la N-234, para acercarse a las gentes que habitan a sus pies. Desde Burgos hasta Sagunto, atravesando la provincia burgalesa, Soria, Zaragoza, Teruel, Castellón y Valencia.

La primera etapa de ese trayecto es decidir quiénes serán los observadores de esa realidad, la de los pueblos que apenas cuentan con vecinos, para después trasmitirla y divulgarla a su manera. Para ello, Pueblos en Arte cerrará este domingo la presentación de candidaturas de los aspirantes.

Contrastes en el entorno rural. RUBÉN ORTÍZ

"Buscamos una mirada fresca y contemporánea. Que no vayan con ningún cliché, que lleguen ligeros de equipaje", concreta Lucía Camón, una de las fundadoras de la asociación.

El proceso se abrió el pasado 24 de enero, y desde entonces, han recibido casi medio centenar de candidaturas. Un éxito teniendo en cuenta lo precipitado de los plazos, ya que los cinco elegidos se lanzarán a la carretera en menos de un mes, el 1 de marzo.

Los requisitos para ser uno de los elegidos (o elegidas) son pocos. El primero, fundamental, es estar especializado en alguna de las artes gráficas o literatura. Cualquiera de ellas. La segunda sí es más restrictiva. Deberán haber nacido, residir o estar vinculados de manera directa a alguna de las provincias por las que discurre la N-234 (Burgos, Soria, Zaragoza, Teruel, Castellón o Valencia).

Una casa con un tendedero en el exterior. RUBÉN ORTÍZ

"Es la tercera vez que hacemos esta iniciativa y en las anteriores (2018 y 2019), optamos por gente de fuera de la zona, por ejemplo de Barcelona o del extranjero. Con ello conseguimos una visión más periférica, con más contrastes, de la realidad que se vive en estas zonas tan despobladas", expone Camón.

En esta ocasión han escogido cambiar de tercio. Fomentar el diálogo entre los artistas y los habitantes del territorio. Por ello, el proyecto prevé la parada en 3 pueblos ya concretados –Hontoria del Pinar (Burgos), Almenar de Soria y Villarquemado (Teruel) y en otros dos todavía por decidir en las provincia de Zaragoza y Castellón.

"Buscamos cambiar el discurso y el quejido continuo a la hora de hablar de este tema. Verlo desde la honestidad. Ya sé que no estoy viviendo en Manhattan, pero aquí también hay cosas muy positivas. Queremos generar conexiones entre todos y seguro que vemos que el problema no es ya tanto que no haya nadie, sino que la gente está diseminada".

"Buscamos cambiar el discurso y el quejido continuo a la hora de hablar de este tema. Verlo desde la honestidad"

Fruto de ese viaje por la ruta de la despoblación surgirán diferentes producciones. "Ya veremos cuáles, dependerá mucho de los artistas y cómo afronten esta experiencia", destaca Camón. Eso sí, lo que es seguro que se publicará una revista estilo fanzine que se distribuirá por todas las paradas del recorrido. "La gente de los pueblos son los verdaderos protagonistas. No queremos que, de alguna manera, se sientan utilizados y al ser fundamentalmente gente mayor es el formato que mejor se adapta a ellos", subraya.

Ahora bien, a partir de ahí, no cierra la puerta a otras acciones. En esta ocasión, gracias al apoyo de las diputaciones, la difusión del proyecto está garantizada también en las grandes urbes.