Actualmente no hay consenso sobre la definición de qué es covid persistente en España, aunque desde el pasado mes de octubre sí existe una definición oficial por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, y pese a las consecuencias en las vidas de estos pacientes que refieren síntomas derivados de la infección por el virus, tampoco hay un consenso de actuación y no se ha establecido un procedimiento para poder tratar los síntomas de estos pacientes.

En este contexto, la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp), con el apoyo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), el Consejo General de Enfermería, el Consejo General de la Psicología de España y la asociación de pacientes Long COVID ACTS, ha impulsado el primer informe centrado en los síntomas leves de la enfermedad que presentan algunos pacientes a largo plazo. Como resultado, se ha establecido entre todos los participantes en este proyecto un consenso en torno a la definición de covidpersistente al tiempo que se han acordado 27 recomendaciones para tratar los síntomas leves.

Como ha explicado Jaume Pey, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp), “la finalidad del documento es dar unas pautas de actuación para poder, en primer lugar, identificar a estos pacientes eficazmente y, en segundo lugar, poder tratarles aliviando sus síntomas y hacer un seguimiento eficaz de su evolución, con el objetivo de mejorar su calidad de vida”.

Considerando que en febrero de 2022 hay más de 10.000.000 de casos notificados positivos en España según datos del Ministerio de Sanidad desde que se inició la pandemia, se puede estimar que hay aproximadamente más de un millón de personas afectadas por el covid persistente en España, lo cual representa al menos el 10% de contagiados.

La magnitud del covid persistente                                                                   

“Entendemos por síntoma leve aquel problema de salud de carácter no grave que no tiene relación alguna con las manifestaciones clínicas de los otros problemas de salud que sufra el paciente, ni con los efectos, deseados o no, de los medicamentos que toma, que no precisan por tanto diagnóstico profesional sanitario preciso y que responden o se alivian con un tratamiento sintomático”, ha concretado Mayol, que añade que esta definición ha sido consensuada por los 103 profesionales que han contestado a los cuestionarios que fueron la base para la elaboración del informe.

Los expertos también se han puesto de acuerdo en qué síntomas se consideran persistentes tras infección: cardiacos (palpitaciones, hipotensión ortostática, hipertensión arterial, síncope, taquicardia, bradicardia sinusal), problemas de coagulación (hematomas, microtrombosis acras), dermatológicos (urticaria, rash, alopecia), trastornos digestivos (abdominalgia, dispepsia, pirosis, flatulencia, diarrea), síntomas generales (febrícula, escalofríos, anorexia, malestar general), trastornos neurológicos (cefalea, parestesias, anosmia/cacosmia, disgeusia, dispraxia, déficit de memoria, inestabilidad, mareo, incapacidad para concentrarse), síntomas oftalmológicos, osteomusculares, otorrinolaringólogos, síntomas psicológicos (ansiedad, trastornos del sueño y otros) y síntomas respiratorios (disnea, tos seca y otros).

“Teniendo en cuenta lo anterior, se pueden definir como covid persistente aquellos casos en que los síntomas guarden relación causal y temporal con el diagnóstico clínico y/o apoyado por test de laboratorio de una infección previa por el SARS-CoV-2. Las secuelas no son excluyentes con los síntomas persistentes”, ha afirmado Julio Mayol.

Recomendaciones

Las recomendaciones se centran en medidas que se pueden llevar a cabo para mejorar la identificación de estos pacientes, la información que se debe proporcionar por los profesionales de Atención Primaria, los tipos de tratamientos disponibles para los síntomas leves o las prácticas de colaboración que debe haber entre los diferentes profesionales.

Por último, los especialistas han apuntado que “para disponer de un consenso de prácticas de colaboración entre profesionales, el seguimiento digital de los pacientes con síntomas leves es una opción válida y que el personal de enfermería de las residencias para mayores y los profesionales del centro de salud debieran cooperar para la identificación y el manejo de estos pacientes. Asimismo, los expertos recomiendan compartir información entre todos los profesionales involucrados, pues ello mejora la eficiencia y seguridad de los tratamientos de los pacientes”, ha detallado Mayol