La industria agroalimentaria, uno de los sectores vertebrales y vertebradores de Aragón, confía en poder beneficiarse de las ayudas del PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) dedicado a este sector, aprobado este martes por el Consejo de Ministros, que contará con una dotación de 1.002,91 millones de euros. El plan supone una oportunidad de oro para una actividad estratégica de la comunidad autónoma, que cuenta con 1.059 empresas que da empleo a casi 20.000 trabajadores fijos y alcanza un valor de la producción que ronda los 6.500 millones de euros, de los que un tercio (2.200 millones) provienen de las exportaciones.

Hace ya tiempo que las empresas aragonesas del sector se vienen preparando para aprovechar los fondos europeos Next Generation, destinados a la reconstrucción económica y social tras la crisis del coronavirus. El Gobierno autonómico, en colaboración con la patronal CEOE, identificó el pasado año al menos 30 iniciativas privadas del ámbito de la agroalimentación que podrían optar a estas ayudas, con una inversión conjunta de casi 1.600 millones de euros. De estas propuestas, una quincena serían de gran magnitud y la otra mitad corresponden a actuaciones de menor tamaño. La cartera de proyectos podría ser aún mayor.

El PERTE, que se engloba en el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia, supone una palanca para dar el salto tecnológico que necesita esta industria ante los retos actuales de descarbonización y digitalización. Todo ello, con el objetivo prioritario de mejorar la competitividad.

Un plan con tres ejes

El programa de ayudas se estructura en tres grandes ejes. El principal está dirigido a apoyar la digitalización de los agentes de la cadena de valor (transformación, comercialización y distribución) por importe de 454,35 millones de euros. Los otros dos pilares del plan son, por un lado, el fortalecimiento a la industria agroalimentaria (400 millones de euros) para «mejorar los procesos de producción e incrementar su competitividad» y, por otro, el apoyo a la investigación y a la innovación con 148,56 millones de euros.

«En Aragón hay proyectos pero tenemos que esperar a que se materialice el PERTE y se conozcan las condiciones con las que se va a ejecutar», apunta José Ignacio Domingo, gerente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón (AIAA). Aunque aplaude la iniciativa, considera que el importe de las ayudas es «escaso». «El plan se queda corto para el peso económico que tiene el sector», sostiene.

Así lo cree también la patronal nacional FIAB, que considera la cuantía asignada «insuficiente para transformar el sector» y confía en que el PERTE se vea complementado con una línea de ayudas directas.

La industria cárnica, sobre todo la vinculada al porcino, el vino o los fabricantes de productos dulces como algunos de los sectores de Aragón con más posibilidades de acogerse a las ayudas por la magnitud que tienen. No obstante, Domingo ve prematuro estimar los efectos hasta que no conocer «la letra pequeña» de las convocatorias de ayuda que se irán desplegando. «Todo el mundo está esperando estos fondos. Ahora toca trabajar para aprovecharlos y que repercutan en beneficio de la competitividad del sector», agregó.

Entre los macroproyectos planteados en el sector a nivel nacional, destaca uno de 3.500 millones de euros impulsado por la industria cárnica para transformar la cadena alimentaria. Lo promueve de 21 empresas, entre las que figuran las aragonesas Grupo Jorge, Grupo Costa y Fribin.

La DGA ultima nuevas convocatorias de ayudas

«El dinero va llegando y el sector debe de estar atento para aprovechar la oportunidad», aseguró ayer el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, quien aplaudió al Gobierno central por la decisión de articular un PERTE dedicado a la agroalimentación. «Era algo absolutamente necesario por la importancia y el carácter estratégico del sector», apuntó. Destacó asimismo que este programa de apoyo se suma a otras ayudas en favor de esta industria y el sector primario que se está poniendo en marcha al calor de los fondos europeos de reconstrucción, como las destinadas a regadíos. En este sentido, anunció que en las próximas semanas el Ejecutivo autonómico lanzará una línea de subvenciones para explotaciones agrarias, una convocatoria también financiada desde Bruselas y que estará dotada con 7 millones de euro. 

En este caso, los incentivos públicos se dirigirán a proyectos de digitalización de explotaciones, agricultura de precisión y baja en carbono (energías renovables) y gestión de nutrientes y residuos (compost y biogás, por ejemplo). A finales del pasado año, el Departamento de Agricultura ya canalizó otros 25 millones de ayudas en sendas convocatorias (una para agroindustria y otra para promoción de marcas de calidad alimentaria). 

Sobre el PERTE agroalimentario, Olona confió en que Aragón acapare una parte importante de los fondos a tenor de la «vitalidad y el músculo» que el sector tiene en la comunidad. «La ambición es máxima», afirmó.