Las residencias en Aragón son “el lugar a preservar”. Así de contundente se ha mostrado esta mañana la consejera de Ciudadanía y Servicios Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, que ha visitado el Hogar de mayores del Picarral, junto al presidente de Aragón, Javier Lambán.

La consejera ha confirmado que siguen las medidas de no dejar entrar en las residencias a “personas no vacunadas” ni salir residentes no inmunizados. Además, ha señalado que también se permiten organizar visitas en espacios comunes y en las habitaciones en los centros de mayores que no hay positivos y en los que haya, también salvo que Salud Pública considere que “no puede entrar nadie porque no se puede aislar a los positivos”. De hecho, Broto se ha mostrado a favor, como ya ha hecho en otras ocasiones, de “mantener el equilibrio entre la salud y el bienestar emocional”, y por eso, cada cinco días Salud Pública analiza los brotes y en el caso de que los mayores contagiados puedan estar aislados se “permiten las visitas”. Las residencias tienen “dificultades”, ha reconocido, puesto que “quieren cuantos menos casos mejor”, pero también ha dicho que “tienen que entender que en el caso de que haya posibilidad” se tiene que permitir el contacto con los familiares.

Preguntada por hasta cuando seguirán vigentes las restricciones ha sido categórica: “cuando acabe la situación pandémica” ha dicho para después precisar que “hay que tener claro que las residencias serán el último reducto donde hay que flexibilizar”, al igual que fueron el primer lugar en vacunación. “Si en un lugar la pandemia provoca dificultades son las residencias”; por eso, insistió en que “las salidas y entradas con normalidad se permitirán cuando termine esta ola”.

En cuanto al número de residentes y trabajadores contagiados, que va creciendo cada semana, ha señalado que los brotes que se abren “son más leves”. Y respecto a la mortalidad, ha insistido en que la situación es “muy diferente a las primeras olas”. De hecho, ha reconocido que “la mortalidad es menor” y en el caso de las residencias fallecen “claramente personas que ya tenían patologías previas”. En estos momentos, ha señalado, los mayores “no mueren por covid sino con covid” en los centros de mayores.

Durante la visita al Hogar de mayores del Picarral, tanto Lambán como Broto, han podido conocer algunas de las actividades que practican los más de 4.000 usuarios; desde petanca (el presidente incluso se ha atrevido a jugar), a baile en línea, cuentacuentos, teatro y escuchado una canción dedicada para él.

Ya en el plano más serio, el presidente ha calificado de “lamentable” la situación vivida por los mayores que cuando era el momento de “disfrutar, han sido víctimas propiciatorias del covid”, sufriendo una especie de “maldición bíblica”.

El presidente ha aprovechado la cita para explicar de nuevo que desde el IASS se invertirán en los años 2022 y 2023 más de 450 millones de euros a políticas relacionadas con los mayores. Y añadido que se va a impulsar un foro de Economía de cuidados en el que se «debatirá cómo se quiere que sean esos cuidados»; así como perfeccionar la labor puesta en marcha desde los servicios de Dependencia que en seis años ha duplicado a las personas atendidas (35.300 personas) y se destinan 67 millones de euros. Además ha recordado que se invertirán 25 millones en las residencia Valdefierro y en colaborar en la modernización de la Residencia Romareda y la Casa de Amparo.