El Ministerio del Interior está trabajando para «mejorar los protocolos y la prevención» con respecto a las bandas latinas. Así lo señaló ayer el titular del departamento, Fernando Grande-Marlaska, durante una comparecencia con la prensa tras reunirse con responsables de formación del Cuerpo Nacional de Policía, en la que propuso que se les denomine «bandas violentas y urbanas».
Marlaska destacó que este fin de semana fue «tranquilo» en Madrid con más de 3.000 identificaciones en el dispositivo preventivo contra las bandas juveniles. Se levantaron 105 actas, la mayoría por tenencia ilícita de drogas y otras por incautación de armas blancas.
En Zaragoza también hubo una macrorredada en las puertas de la discoteca Garden, lugar en el que se habían registrado varios incidentes entre miembros de los Dominican Don’t Play (DDP) y los Black Panther (BP). El resultado de la misma fue 626 identificados, dos detenciones por reclamación judicial, 21 actas de sustancias estupefacientes, un acta por tenencia ilícita de armas, 38 por infracción a la Ley de Extranjería, una por exceso de aforo, una por incumplimiento de medidas covid y otra al personal de admisión.
En el operativo participaron diferentes unidades de la Policía Nacional como son la UIP; UPR; GOR; Guías Caninos; Seguridad Privada; Protecciones y Custodias; Grupo de Menores y Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras, así como la Unidad Adscrita de Aragón. Por su parte, la Policía Local de Zaragoza estuvo presente con la Unidad de Apoyo Operativo (UAPO). Toda la información servirá a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para tratar poner cara a los miembros de estas organizaciones ilícitas que no estén fichados.
En paralelo, la Policía Nacional trabaja en prevención en los centros escolares. Los miembros adultos se aprovechan de la vulnerabilidad de los menores, sobre todo de la facilidad de adoctrinarlos y de que la ley es más laxa con ellos. De ahí que, según publicó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, los investigadores han observado que señalan los parques de la ciudad y los centros escolares como los lugares escogidos por la figura del captador. También lo hacen, y cada vez más, a través de las redes sociales, especialmente Instagram.
El objetivo es siempre un menor que tiene algún tipo de problema, bien sea de estudios o con sus seres queridos, ya que los pandilleros les prometen formar una nueva familia. La protección de cada uno de los miembros es una promesa que se hace ley.
Una vez embaucados tienen que someterse a un periodo de pruebas en el que deben demostrar que son fieles a su organización. «La organización les proporciona seguridad, les concede un rol y posición dentro de la misma y se convierte en su razón de ser», destacan estas mismas fuentes. Durante este periodo se les instruye en la comisión de delitos, en el porte de armas y en los enfrentamientos con bandas rivales.
