Blanca Bertol es cerealista, la agricultora trabaja más de 80 hectáreas de terreno de las que 50 son de secano y el resto de regadía. Los cereales de invierno y la alfalfa son los productos que trabaja la zaragozana.

En su localidad, Figueruelas, de los aproximadamente 1.300 vecinos censados solo son dos las personas que se decidan a la agricultura de forma continua. «Si en zonas más rurales que es mas complicado encontrar una alternativa no existe relevo generacional, imagínate aquí que es una zona muy industrializada y estamos a un paso de Zaragoza», comenta la agricultora.

La PAC se convierte de nuevo en una de las cuestiones que más preocupa a los cerealistas de la zona. «Hay que priorizar a los profesionales que nos dedicamos al campo de forma exclusiva y que nos exponemos a costes muy altos y a unos precios que fluctúan», comenta Bertol. «Al final es como un boomerang porque tu ahora siembra y no sabes que cosecha vas a poder recoger el próximo verano ni a que precio te lo van a pagar cuando lo vendas», comenta.

La agricultora denuncia el papel de las administraciones, «se les llena la boca para hablar de la España Vaciada pero somos nosotros los que realmente fijamos población y vertebramos el territorio», concluye.

«Los terneros se pagan al mismo precio que hace 50 años»

Joaquín Gargallo junto a uno de sus animales en su explotación de Mosqueruela. EL PERIÓDICO

Joaquín Gargallo es junto a su hermano y su hijo dueño de una explotación ganadera que produce terneros de forma extensiva. «Es una explotación pequeña, son 250 vacas de las que viven dos familias», afirma el ganadero turolense.

La subida de los insumos se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de la vida de los ganaderos. «Lo que más ha sido el combustible y los piensos», asegura y añade que ambas son cuestiones de las que no se pueden prescindir porque «las vacas no se pueden quedar sin comer y las maquinas necesitan combustibles para funcionar». 

Durante el último año el consumo de carne de ternera ha aumentada un 17% cifra que no se ha visto reflejada en los precios. «En nuestro caso los precios están estables pero porque los terneros se pagan igual que hace 50 años», comenta Gargallo. 

«Ahora mismo estamos vendiendo a precio de coste pero hace unos meses había compañeros vendiendo por debajo del coste y perdiendo dinero», asegura el ganadero quien recuerda que el sector continua luchando por conseguir un beneficio mínimo.

«Lo que pedimos es una normativa espejo para la carne de fuera y que cumplan lo mismo que nos exigen aquí a nosotros», concluye.

«Tengo dos hijos y haré lo posible porque no tengan que quedarse»

En el caso de Oscar su explotación se dedica mayoritariamente a la fruta de pepita, unas siete hectáreas de manzana y pera y otras tantas de viñedo en la Comarca de Calatayud y más concretamente en la localidad de Villalengua.

El agricultor asegura que los costes de producción está dificultando enormemente la labor del sector. «No podemos repercutir todo lo que suben los insumos en el precio final de los productos en el mercado». «En nuestro caso es ahora cuando vamos a empezar con los tratamientos y los abonos y veremos los precios pero los cerealistas ya nos han advertido que los precios están por las nubes», explica el agricultor.

La falta de ayudas directas dificulta enormemente la labor para este sector en concreto. «Creíamos que después de las negociaciones la fruta este año podría acceder a las ayudas a la renta de la PAC, pero de nuevo nos hemos quedado fuera, llevamos 40 años fuera de la PAC», explica Joven. 

Esta falta de ayudas directas dificulta la subsistencia. «Si las cosas continúan como hasta ahora habrá que pensar en adelantar la jubilación. Tengo dos hijos y haré lo posible para que no tengan que quedarse y dedicarse a la agricultura», concluye.