La directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón, junto al deán-presidente del Cabildo, Joaquín Aguilar, y al canónigo director-conservador del Patrimonio Artístico de las Catedrales, Ignacio Ruiz, han presentado este jueves el recién restaurado busto relicario de San Vicente.

Se trata de una obra perteneciente al Cabildo de la Catedral de El Salvador de Zaragoza, también conocida como la Seo, declarada Bien de Interés Cultural desde 1931, que además está incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte de la Arquitectura Mudéjar de Aragón desde 2001.

La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón encargó el pasado mes de octubre la restauración del busto, que ha corrido prácticamente paralela a la del de San Valero, recuperado para la exposición de Las Edades del Hombre celebrada en Burgos. La restauración, cuyo coste ha ascendido a 4.997,30 euros, se ha llevado a cabo en un plazo de dos meses, en las propias dependencias de la Seo, gracias a la colaboración del Cabildo de Zaragoza.

El canónigo director-conservador del Patrimonio Artístico de las Catedrales, Ignacio Ruiz, ha agradecido la colaboración del Gobierno autonómico, amparada en la Ley de Patrimonio Aragonés, para "restaurar y recuperar otra de las magníficas piezas" de ese terno de bustos --el del obispo zaragozano San Valero, sus diáconos San Vicente y San Lorenzo--, "regalados por el Papa Luna a esta catedral". Los tres son de tamaño natural y fueron encargados por Benedicto XIII o Papa Luna a finales del siglo XIV --en 1397-- a plateros de Avignon.

Testas históricas

Ruiz ha subrayado que son "auténticos modelos" para lo que luego fue la "extensión de bustos" durante los siglos XV y XVI en todas las iglesias importantes de Aragón, --denominados 'testas' en la documentación histórica--. Ha remarcado su importancia religiosa "porque contienen reliquias importantísimas de estos tres santos", pero también artística.

En el caso de San Vicente, posee un hueso del santo y posiblemente un trozo de su dalmática --vestidura exterior propia y característica del diácono--, venida de Valencia, donde fue martirizado, tras ser juzgado, junto a San Valero, quien, por su parte, fue condenado al destierro.

Ruiz ha destacado que, tras la restauración, se puede apreciar un rostro "juvenil, limpio, expresivo", que, frente a lo que se creía anteriormente, no es "impersonal y estereotipado", sino que se corresponde con "el de una persona, con su mirada, gesto, facciones y serenidad", si bien no se sabe a quién representa, mientras que en el caso del de San Valero "se sospecha, quizá con razón, que es el rostro del Papa Luna".

Muy deteriorada

El canónigo director-conservador del Patrimonio Artístico de las Catedrales ha indicado que la pieza "estaba muy deteriorada" a causa de las consecuencias generadas por el paso del tiempo, que habían afectado a la pérdida de policromía, sobre todo ocasionada por el óxido de la plata, que la había "hecho saltar".

La obra se va a poder contemplar durante unos días, en una vitrina, junto a la capilla dedicada a San Vicente en la propia catedral, antes de volver al retablo mayor, que es su lugar habitual, donde hay tres hornacinas para cada uno de los bustos de San Valero, San Vicente y San Lorenzo, a donde volverá el fin de semana del 26 y 27 de febrero.

"Antiguamente, se sacaban solamente los días de fiestas especiales", pero ahora están allí durante todo el año, ha detallado Ruiz.

Por su parte, la directora general de Patrimonio Cultural, Marisancho Menjón, ha expresado su satisfacción por este "magnífico trabajo" de la restauradora Susana Navarro, que también ha recuperado el busto de San Valero y que ha procedido "con una delicadeza y una profesionalidad admirables".

Ha contado que inicialmente solo estaba previsto restaurar el busto de San Valero para su participación en la exposición de Las Edades del Hombre, pero finalmente se ha decidido recuperar los tres. "Era evidente que teníamos que seguir restaurando los otros" y "empezamos por San Vicente, que es el que estaba mas deteriorado porque tenía la policromía saltada y la base metálica absolutamente oscurecida", ha relatado.

"El resultado es espectacular y animo a que venga todo el mundo a verlo porque es precioso". Ha apuntado que en los tres bustos aparecen las armas del Papa Luna, en el pecho, sostenidas por dos ángeles, unas piezas que son "de la mejor factura de la orfebrería europea medieval". Respecto a San Lorenzo, ha comentado que todavía no se ha programado la fecha de intervención, pero también se recuperará.

Emblemáticas

La restauradora, Susana Navarro, ha señalado que son unas piezas "emblemáticas" de la orfebrería aragonesa y europea, que luego imitaron "los más de 50 relicarios que hay en Aragón".

Ha explicado que ha actuado, en primer lugar, en la fijación de la escasa policromía conservada y, después, en recuperar su "belleza visual", "ese brillo, ese esplendor de la plata dorada, de los esmaltes y de las gemas aplicadas", ha manifestado.

Ha detallado que se ha retirado "la capa, muy densa, que recubría la plata" y todos los elementos, tras el desmontaje de todas las piezas, que, una vez limpias y protegidas, se han vuelto a colocar, "para finalizar con una reintegración volumétrica de algunas zonas que estaban en peligro".

Para recuperar la policromía, "se ha realizado una técnica que se llama estarcido, que consiste en aplicar pequeños puntitos de color en las zonas de pérdida o de lagunas" de forma que, "a una cierta distancia, permiten reconocer las zonas que introduce el restaurador de las zonas originales conservadas", ha dicho.

Ha añadido que la intervención ha permitido "sacar el verdadero rostro" del busto, que estaba ennegrecido fruto de la sulfuración que produce la plata. La pieza también presentaba numerosas faltas de policromía y de la capa preparatoria de su rostro y cuello, que dejaban a la vista la plata sulfurada subyacente.

A través de estas faltas en las carnaciones, oscurecidas por acumulaciones de humos de velas y oxidación de barnices aplicados, también se podían apreciar distintas repolicromías aplicadas en distintas épocas para cerrar lagunas anteriores.

Características de la pieza

Este busto es una pieza gótica que está ejecutada en plancha de plata dorada y en su color, repujada, cincelada y grabada, con aplicaciones de piedras preciosas y esmaltes en los tetralóbulos del cuello de la dalmática, además de elementos decorativos o estructurales de fundición, como cabujones o engarces.

Asimismo, cuenta con pasta vítrea para los ojos del santo y policromía en las carnaciones del rostro y el cuello con capa de preparación previa para dotarlo de un mayor realismo.

La estructura interna se compone de un alma de madera y descansa sobre una base o peana en chapa de plata, repujada e incisa con elementos de fundición y restos de esmaltes azul cobalto en el fondo de las inscripciones góticas y de la citada arquería. Los laterales de cierre de la inscripción central están realizados en plancha lisa dorada. De la base de la peana salen dos pletinas en hierro de fundición perforadas para sujetar el relicario a un soporte.

El expositor de las reliquias tiene forma de ventana, con piedras engarzadas en el marco, y contiene un texto con la descripción de la reliquia, que protege un vidrio transparente ligeramente curvado.