La sequía está de nuevo en el punto de mira de los agricultores aragoneses. Mientras el consejero de Agricultura del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, ha asegurado este miércoles que la situación, aunque "preocupante", aún no puede calificarse de sequía en la comunidad aragonesa, los agricultores llevan ya varias semanas mirando al cielo a la espera de que llegue la lluvia, vital para el crecimiento de los cereales, los olivos, la vid y otros cultivos de secano que se desarrollan en la comunidad.

El consejero Olona ha asegurado que, aunque "la situación no pinta bien", no es momento de crear "alarma" y que desde el departamento trabajan en posibles soluciones en caso de que se agrave la situación. El consejero ha reconocido que todavía no se han tomado decisiones administrativas. Pero al igual que otros sectores como el de los regantes han comenzado a adoptar medidas preventivas, desde el Ejecutivo "dentro de la responsabilidad" también han tratado de anticiparse a ese escenario de sequía que, no obstante, espera que no ocurra.

Una de las propuestas que se ha anunciado es el adelanto del cobro de la PAC para los afectados, una cuestión que "no se puede improvisar porque requiere un desarrollo normativo", ha recordado el consejero.

Los sindicatos denuncian que la situación es muy grave y que los cereales son los que más sufren esta falta de agua. Además, denuncian que desde el Departamento de Agricultura no se hayan tomado todavía medidas y reclaman "la convocatoria inmediata de la mesa de la sequía".

Tomar medidas contra la sequía es una de las reclamaciones del campo aragonés, que denuncia encontrarse "asfixiado" y en una situación que califican de "límite". Los sindicatos aseguran que la situación que atraviesa el campo es "muy deficitaria" después de la pandemia. Afirman que se sienten "abandonados" por parte de las administraciones tanto a nivel autonómico como a nivel nacional.

El responsable de Aemet aseguraban hace pocas semanas que la comunidad llevaba ya "dos meses viviendo de las rentas de las nevadas del otoño", una situación que todavía se mantiene ya que no ha habido prácticamente precipitaciones de ningún tipo en todo el mes de febrero. Los embalses sufren ya la que los expertos consideran "la peor sequía en 40 años". Por su parte, los grandes regadíos del Ebro como el canal Imperial de Aragón han anunciado restricciones en el uso del agua debido a la preocupante bajada de caudal que sufren.

Es por ello que UAGA, sindicato mayoritario en Aragón, ha anunciado que la sequía se une al resto de reivindicaciones por las que el medio rural protestará el próximo 20 de marzo en Madrid. Aseguran que, en un sector que se encuentra ya de por sí asfixiado por la diferencia entre los costes de producción y los precios, el impacto de la sequía podría causar pérdidas millonarias tanto en cultivos de secano como en regadío.

Reclaman un plan de choque integral y la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria, así como una PAC y un plan estratégico más justos para abordar la pérdida de renta de las explotaciones agrícolas y ganaderas. Además, retomar el pulso inversor en obras de regulación para socorrer al sector agrario, alegando que estas infraestructuras permiten embalsar agua en las épocas de lluvia para distribuirla y usarla cuando se necesite.

Los agricultores denuncian que, a corto plazo, si esta situación se mantiene no se podrán sembrar los cultivos de verano, lo que redundará en menos ingresos para los agricultores, que finalmente se trasladan en pérdidas en sus cuentas de explotación.

De igual modo, lamentan el perjuicio económico y social que se causará en todo el complejo agroalimentario asociado a los cultivos de riego, como son la mano de obra asalariada en la industria agroalimentaria y el cese total de su funcionamiento (empresas de transporte, fabricantes de maquinaria y productos fitosanitarios…).