De las palabras de Georgina Rodríguez en el documental que protagoniza en Netlix se desprende que su paso por Graus (Huesca) a los 18 años le cambió la vida. Desde allí daría el salto a la capital de España para trabajar como dependienta en la tienda de Gucci, donde conoció a Cristiano Ronaldo. Hoy, una década después, el giro inesperado le ha llegado a un negocio de la localidad oscense.

“Ha sido un boom”. Con estas 4 simples palabras define Judith Balaguer, una de las gerentes de Embutidos Aventín, el fenómeno que han vivido desde aquel 27 de enero en que el gigante audiovisual estrenó la docuserie en todo el planeta. Colas interminables, ventas totalmente disparadas, peticiones de pedidos desde lugares inimaginables y fotos, muchas fotos.

La razón de ser de esta fiebre repentina totalmente desbocada la tiene su aparición en uno de los capítulos. La propia Georgina relata que allí, con sus dependientas, pasaba horas y horas durante las tardes al salir de su puesto de trabajo en un próximo hotel del municipio, donde además degustaba un producto que ahora mismo se ha vuelto viral para esta carnicería: la secallona.

"Aquí el producto estrella siempre ha sido la longaniza y, aunque lo sigue siendo, las ventas de secallona se han duplicado", explica Balaguer. Poniendo cifras concretas, cuenta a este periódico que en los primeros días, un establecimiento de Zaragoza al que le suministra de género le hizo un pedido de 300 unidades de este embutido. Al día siguiente, le volvieron a pedir otras 300.

"Esto nos obligó a reordenar la producción porque no estábamos preparados para asumir ese volumen de pedidos de este producto porque no era de los que más se compraba y, además, requiere de una elaboración que se dilata más en el tiempo. Hubo semanas de falta de stock", contextualiza.

Impacto internacional

La repercusión para ellos ha sido descomunal. Balaguer cuenta que, en cuestión de semanas, sus seguidores en redes sociales han crecido más de medio millar, pero el ascenso ha trascendido hasta afectar (para bien) al propio negocio. "El equipo de producción trabaja a destajo para atender toda la demanda. Por ejemplo, los pedidos online se han triplicado y, en conjunto, las ventas en conjunto se han multiplicado por dos".

Aunque la secallona haya sido el gran descubrimiento y el género que copa ahora todos los titulares, lo cierto es que ha producido un efecto arrastre con otros productos de la tienda. "Ahora los clientes nos demandan la secallona, pero también otros embutidos secos que antes no eran tan consumidos".

Georgina Rodríguez junto a una de las dependientas probando la secallona en Aventín. Netflix

La escena todavía reservaba una sorpresa para la familia de Aventín: los pedidos internacionales. "Hemos recibido pedidos sobre todo de Centroamérica, pero también de Rusia, Italia, Reino Unido o EEUU", comenta sorprendida. En cambio, por las particularidades de su negocio, con 30 empleados y cuyos principales clientes son los hoteles y restauración de la zona, todavía no están preparados para expandirse en esos términos.

"Ahora mismo, no tenemos una distribuidora internacional y, aunque podríamos atender esos pedidos, el coste de los portes harían que el precio total se cuadruplicara", lamenta, aunque adelanta que ya están trabajando para cubrir esa oportunidad de mercado para no dejar pasar esta coyuntura favorable caída del cielo. "Tenemos los pies en el suelo, pero confiamos y trabajamos para que esto se mantenga en el largo plazo".