Alrededor de 600 aragoneses que tenían que estar «en la soledad auditiva más absoluta» llevan una vida normal, es decir, oyen. Esto es posible gracias al implante coclear, que en Aragón se realiza desde 1995, y cuya unidad de referencia se encuentra en el hospital Clínico de Zaragoza. Héctor Vallés, jefe de Otorrinolaringología del centro hospitalario, fue el primero que lo realizó en Aragón, y sigue considerando que «es un avance tremendo». Incluso se atreve a decir que «dar audición al que no la tiene es un milagro» ya que es «el único sentido que se puede devolver». Ni la vista, ni el gusto, ni el olfato ni el tacto, solo el oído, gracias a los implantes cocleares, que siguen siendo uno de los mayores avances en el tratamiento de la sordera profunda.

En la actualidad, se está recuperando el ritmo normal, que no se pudo llevar a cabo durante la pandemia. Han sido 600 intervenciones en 26 años, de los que más o menos «una tercera parte son a niños». Vallés explica que la media es de 40 o 45 implantes al año, aunque la cifra se vio frenada por el coronavirus, ya que solo se realizaba a menores. Operar a un menor «es urgente, porque si no se duerme esa parte del cerebro» y un pequeño que no ha oído nunca cuando tiene 15 años es muy difícil que recupere la audición puesto que «el cerebro ocupa con otras prestaciones» la parte destinada al sentido, por lo que «la audición no se recupera completamente». El adulto, sin embargo, «conserva la memoria del lenguaje» aunque también es «doloroso porque tienen que esperar».

Comunidad pionera

Aragón fue una de las primeras comunidades en realizar esta técnica (desde 1995, aunque el primero en el mundo lo llevaron a cabo los franceses André Djourno y Charles Eyrès en 1957 con unas técnicas muy primitivas aunque de manera exitosa). El doctor Vallés señala también que fue esencial en Aragón la detección neonatal de la sordera, que encabezó el mismo y que se lleva a cabo desde el año 2000 en todos los hospitales justo cuando nace un bebé.

«Se realiza una prueba para saber si el recién nacido es sordo o no», y si la respuesta es positiva hay que empezar desde ese momento las terapias y estimulaciones previas al implante coclear, que se lleva a cabo «con un año de edad». Por eso, destaca el trabajo conjunto de su equipo, de los otorrinos de la comunidad que «detectan» fallos de audición, de las unidades de neonatología de los hospitales, del colegio la Purísima para niños sordos o del resto de colegios que admiten niños con implantes.

El doctor Vallés señala que además del implante, fue esencial la detección neonatal de la sordera, una prueba que impulsó el mismo y que se lleva a cabo desde el año 2000 en todos los hospitales justo cuando nace un bebé

Hay que tener en cuenta, afirma, que sin audición es casi imposible el desarrollo del lenguaje porque «el niño empieza a hablar porque oye», y si no, va al lenguaje de signos». El otorrino incide en la importancia de la detección precoz porque desde el momento del nacimiento se sabe «si se va a necesitar el implante». Antes de 1995 lo único que «podíamos hacer» era enviar a los pequeños a colegios especializados.

Concienciación bajo el lema ‘Para oír de por vida, ¡escucha con cuidado!’

Este viernes, 25 de febrero, se conmemora el Día Internacional del Implante Coclear, por el cual se iluminarán el Palacio de la Aljafería y la Delegación del Gobierno en Zaragoza, de color lila. La semana de la Audición comienza hoy y concluirá el 3 de marzo, Día Mundial de la Audición cuando se iluminarán de rojo. Desde la Asociación de Implantados Cocleares de España en Aragón han convocado un concurso con las fotos en los edificios iluminados que se pueden subir a @AiceAragon. Además, el colectivo llevará a cabo actos de concienciación para el cuidado de la audición, ya que el lema de la OMS para esta edición es Para oír de por vida, ¡escucha con cuidado!. Según la organización, en 2050, 700 millones de personas en el mundo tendrán graves problemas de audición.

Para el especialista, «lo peor de todo es dar la noticia a los padres de que el niño no oye», una noticia que no esperan y que tiene muchas causas. En ese momento, incide Vallés, «tenemos el arma del implante coclear», por lo que el niño se recuperará. La devolución de la audición no es «inmediata» porque el pequeño es la primera vez que oye, sino que se inicia el periodo de aprendizaje igual que «aprendemos al nacer». El niño se vuelve cuando oye el ruido de la puerta, cuando le hablan, balbucea, etc… «es un periodo de habilitación auditiva y paralelamente aprende a hablar». Este trabajo dura más o menos unos cinco años, igual que un niño que nace sin problemas de audición.

Pero los implantes no solo se llevan a cabo en niños, si no también en adultos, que «pierden capacidad auditiva» por accidentes, tumores o procesos degenerativos». En ese caso, están las audioprótesis, pero a veces «no son suficientes» y también es necesaria la operación. Ahí, la recuperación se da en dos o tres meses, solo es un «entrenamiento».