Dos días después de saltar la polémica en Cadrete, con la presentación de una moción de censura registrada por el PSOE junto al PAR y un exmiembro de Cs Aragón contra la alcaldesa, María Ángeles Campillos, del PP, se ha actuado desde la dirección provincial de los socialistas en Zaragoza para requerirle a los suyos la "retirada inmediata" de la misma. Así se les ha instado a sus tres ediles en la corporación, con la advertencia de que "en caso de obtener una negativa", desde la Ejecutiva se "les abrirá el correspondiente expediente con las graves consecuencias que de ello puedan derivarse".

Solo había una manera de detener esta moción de censura y era que bien el PSOE o el PAR actuaran a nivel orgánico para impedirlo. Y la respuesta, como los socialistas indican en su comunicado, evidencia una respuesta frente a "este tipo de hechos" y actuando "de forma rápida y contundente". Se les exige la retirada "por las circunstancias del actual estado de salud de la alcaldesa", explican, y ya se le ha comunicado al portavoz socialista, Rodolfo Viñas, que iba a ser el que relevara a Campillos en la alcaldía si finalmente prosperaba la moción de censura.

Sin embargo, en ese mismo comunicado, el PSOE de Zaragoza aprovecha para "lamentar la actitud cínica y la desmemoria del Partido Popular", ya que el líder de los conservadores en la comunidad, Jorge Azcón, criticó con dureza lo ocurrido en Cadrete "pero parece haber olvidado la que presentaron y protagonizaron en Caspe en 2013 al alcalde socialista Florencio Repollés, que padecía un cáncer y falleció en octubre de ese mismo año", añade el PSOE de Zaragoza.

Rifirrafe con el PP

"Por aquel entonces el PP no solo promovió la moción y se benefició, sino que la jaleó y apoyó públicamente. Una actitud que nada tiene que ver con la que mostramos desde el PSOE, que desde el primer momento rechazamos esta moción y que, en caso de prosperar, se adoptarán las medidas disciplinarias correspondientes", concluye el comunicado socialista de este domingo.

Desde el PP aragonés han respondido, a continuación, que tenían "que lamentar la falta de memoria del presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza (en referencia a Sánchez Quero). En ningún momento el partido apoyó, ni mucho menos jaleó, la moción de censura de Caspe en 2013". "El PP censuró la actitud de sus concejales para tomar esa decisión sin haberla consultado con los órganos competentes del partido y les sancionó retirándoles la militancia", han zanjado las fuentes oficiales del partido conservador.

El problema es que lo que ocurrió entonces en el ayuntamiento caspolino nada tiene que ver con lo que aseguran desde el PP aragonés. Según la información publicada en su día, a Pilar Herrero, que es como se llama la alcaldesa que ostentó el bastón de mando tras aquella moción de censura, no solo no se le suspendió de militancia en el partido sino que renunció ella a su cargo de concejala "por motivos personales" y al "perder la ilusión" en 2018. Cinco años después de aquel episodio de 2013 en el consistorio de Caspe y apenas unos días más tarde de que un informe de la Cámara de Cuentas afeara su gestión entre 2013 y 2015.

Así sucedió en una moción de censura que sirvió para gobernar el municipio hasta las elecciones de 2015 y que sí contó con el respaldo del PP aragonés, que no solo no rechazó públicamente la maniobra del partido en el consistorio caspolino (apoyada por el PAR y Compromiso por Caspe) sino que, además, la alcaldesa Pilar Herrero contó la presencia en el salón de plenos de Javier Campoy, quien fuera elegido en 2017 como presidente provincial del PP en Zaragoza y entonces era su secretario general, dándole su apoyo y mostrando el respaldo del partido a la decisión que le aupó a obtener el bastón de mando de la alcaldía. También entonces, aquel 26 de febrero de 2013, acudieron Javier Lambán, secretario general de los socialistas aragoneses, y otros dirigentes autonómicos y provinciales del PSOE a dar su apoyo al alcalde Florencio Repollés.