Las técnicas de reproducción asistida presentan unas altas tasas de éxito que están entre un 25% y un 30% en todos los ciclos y perfiles de mujer. Sus buenos resultados son, según los datos, mejores que los conseguidos por vía natural entre mujeres en la edad más optima de fertilidad, que están en un 25% de embarazos.

La demanda de las técnicas de reproducción asistida ha ido al alza como consecuencia del retraso en la edad de maternidad

En el hospital Miguel Servet de Zaragoza se realizan cada año 540 fecundaciones in vitro y 528 inseminaciones artificiales. En estas últimas, según la información del centro, 404 fueron por inseminación artificial conyugal y 172 por inseminación de donante.

Las técnicas de reproducción asistida están en auge y también han visto como su demanda ha ido al alza como consecuencia del retraso en la edad de maternidad. Sin embargo, en la sanidad pública hay un problema: la larga lista de espera. Esto hace que muchas mujeres opten por las clínicas privadas, cada vez más comunes y con una línea de negocio que se ha incrementado mucho.

En 2019, antes de la pandemia, las demoras en Aragón eran de 12 meses en el Miguel Servet, el centro de referencia para la fecundación in vitro. Pese a ser un año de retraso, el dato era el más bajo de los últimos años, cuando llegaba a alcanzar los 17 meses o incluso los dos años en la comunidad.

En la sanidad pública hay un problema: la larga lista de espera. Esto hace que muchas mujeres opten por las clínicas privadas.

En 2020, el covid paralizó todos los procesos en esta unidad de reproducción ante el desconocimiento que podría provocar un contagio en las mujeres en tratamiento. Esta situación, consecuentemente, habrá repercutido en la lista de espera tras un año prácticamente de bloqueo.

La primera consulta de fertilidad se realiza por los ginecólogos de los centros médicos de especialidades de la comunidad, por lo que el tiempo de espera, de inicio, es el mismo que para cualquier otra patología ginecológica. Las demoras llegan después, cuando se pone en marcha el proceso desde el punto de vista administrativo y asistencial. 

La inclusión de las candidatas en la lista de espera se produce atendiendo a criterios como que sean mujeres mayores de 18 años y menores de 40, que no tengan hijos previos, y que no presenten ningún tipo de patología en la que el embarazo pueda entrañarle un grave e incontrolable riesgo a la mujer