Tres años después, el Ayuntamiento de Zaragoza ha retomado los trabajos para aprobar una ordenanza del ruido. El concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, se reunió este martes con los grupos municipales para avanzar en la futura norma, que regulará la contaminación acústica y según declaró su objetivo es que haya consenso. Además, anunció que en unas semanas convocará una mesa del ocio con todos los implicados.

«Todos somos conscientes de que la ciudad ha cambiado, de que la pandemia ha traído como consecuencia una relación de los ciudadanos con el espacio público distinta y, por lo tanto, tenemos que retomar los trabajos desde un punto de vista distinto al de hace más de tres años, cuando se empezó a hablar de una nueva ordenanza del ruido», asumió Serrano.

El concejal explicó que se van a seguir algunas de las directrices que en su día hizo el Justicia de Aragón y se va a promover la mesa del ocio, «donde queremos que estén todas las asociaciones vecinales, todas las plataformas, todos los sectores implicados en lo que sería la aprobación de una nueva ordenanza del ruido», tanto quienes defienden el descanso, como Stop ruidos, el sector de la hostelería y otros.

En relación con la ordenanza, el responsable de Urbanismo dijo que su objetivo es lograr una mayor efectividad «a la hora de revocar licencias a los incumplidores flagrantes» en materia de ruido en la ciudad, «que son muy pocos casos, pero que generan muchísimos problemas a los vecinos».

El político mencionó también acciones ya implementadas, como el cierre de la discoteca Dubai y de otros establecimientos, «pero, desgraciadamente, los problemas, a veces se trasladan» de zona, si bien «vamos a seguir siendo absolutamente incisivos».

Serrano recordó que ya intentaron cerrar dos locales en la calle Dato, pero la Justicia revocó la clausura pasados cuatro o cinco días «y por eso tenemos que trabajar en una normativa que nos permita que estas cosas no ocurran y que, cuando un establecimiento genera este tipo de problemas, se pueda cerrar por parte de Urbanismo».