La llegada de refugiados provenientes de Ucrania, aunque paulatina, es ya una realidad en Aragón. Todavía no hay datos oficiales de cuántos son o en qué lugares se están quedando pero a través de iniciativas locales o gracias a contactos con la comunidad ucraniana residente en Aragón, las primeras familias que huyen de la guerra ya se han comenzado a establecer en la comunidad autónoma. Una solidaridad a pie de calle que está desbordando a las administraciones llamadas a coordinar y capitanear este desembarco en Aragón, convertido ya de facto en tierra de acogida

Desde la Delegación de Gobierno afirman que todavía están intentando recopilar la cantidad exacta de refugiados que han llegado, una cuestión que se ha complicado ya que no todos lo que llegan están informando de su situación. La múltiples formas de llegada que se están registrando –en autobús, con vehículos particulares, directamente a través de la ayuda de familiares– no siempre cuentan con la mediación de una entidad social, lo cual en la mayoría de los casos supone una falta de control y registro de las personas que llegan.

A falta de la recopilación de estos datos oficiales, a través de redes sociales y de los colectivos que están impulsando las iniciativas solidarias comienzan a conocerse las primeras historias de refugiados que llegan a Zaragoza.

Dos familias ucranianas consiguieron cruzar las fronteras hasta Rumania y allí coger un vuelo directo que les llevó hasta Zaragoza porque en ese momento era el único vuelo para el que quedaban billetes. «Hoy han venido a mi tienda a por ropa, mantas y comida, y ya tienen alojamiento», contaba Yuri Isayev, el dueño de la tienda de alimentación Kozak, uno de los primeros establecimientos que comenzó a recoger alimentos .

 El ucraniano confirmó que el próximo fin de semana se desplazarán cinco furgonetas para recoger familias ucranianas en la frontera polaca y en total podrían llegar unas 25 personas. «Vienen ciudadanos de Zaragoza que ofrecen sus viviendas y también llaman de otros pueblos. En el Actur, hay una pareja que tiene dos habitaciones libres, que ofrece para acoger a una madre con niños», explicaba Isayev.

Calatayud ha mandado más de seis camiones llenos de comida y demás enseres. AYUNTAMIENTO DE CALATAYUD

 

Ayuda humanitaria

Mientras el número de refugiados que sale de Ucrania crece cada día en Aragón crecen también las iniciativas solidarias. Según Luis Zubieta, presidente de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias, prácticamente todas las comarcas aragonesas cuentan con al menos una iniciativa de ayuda humanitaria o han ofrecido un espacio en el que poder acoger refugiados. «Estamos en una fase de coordinación, de ver que es lo que los municipios tienen disponible y recopilar los recursos», afirmó Zubieta. La federación forma parte del comité de emergencias convocado por el Gobierno de Aragón y añade que el objetivo es «aunar fuerzas» para ofrecer la máxima ayuda posible.

Destacan iniciativas como la de Monzón que, después de un intensa recogida, el jueves enviará más de 100 palés en camiones con destino a la frontera entre Polonia y Ucrania. Entre los enseres recogidos se incluyen tanto comida como ropa de abrigo y productos de higiene básica. Alex Ladyzhenskiy, uno de los impulsores del proyecto afirmó en declaraciones a este diario que la acogida por parte de la población ha sido increíble y que han conseguido llenar la nave más grande de la localidad.

En el caso de Calatayud, son seis los camiones que partirán llenos hacia Ucrania. «Esperamos que los productos sirvan de alivio a las personas que están abandonando sus casas por una guerra cruel», destacó la concejal de Participación Ciudadana, Simona Dragan.

En el caso de la localidad oscense de Peralta de la Sal la crisis humanitaria les ha aumentado la población. Son 36 los refugiados que llegaban a la localidad la noche del lunes y que por el momento se quedaran en el albergue de la localidad.

Una situación similar vivirá Tarazona. Por el momento son 16 los voluntarios que quieren emprender el viaje hasta Ucrania. Las aportaciones económicas les han permitido alquilar 7 furgonetas, con las que esperan traer a medio centenar de personas, y llevar el aluvión alimentos recibidos.