La prolongada sequía invernal en Aragón ha traído consigo un descenso del nivel de los embalses de la comunidad. Ahora mismo toda la cuenca del Ebro almacena 5.076 hectómetros cúbicos, lo que representa un 64,1% de la capacidad total y supone un 18,2% menos que el año pasado por estas fechas y un 9,4% por debajo del promedio de los últimos cinco años, según datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

De no cambiar la situación y persistir la ausencia de precipitaciones la próxima primavera peligrarán los cultivos de verano, como el maíz, los forrajes y los frutales, advierte David Solano, responsable de Agua de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA). A ello se une que las reservas de nieve no son muy elevadas, un estado de cosas que, sin embargo, puede cambiar si el mes de marzo depara nuevas nevadas como las caídas estas últimas fechas. 

En el caso del maíz, la guerra de Ucrania, explica, puede generar problemas de suministro de esta gramínea, «por lo que todavía se hace más necesario contar con nuestra propia cosecha».

De momento, el caso de la comunidad aragonesa, todos los sistemas de riego han empezado ya la campaña de riego, de forma prematura. Y en todos ellos se aplican restricciones, observa Solano. «En los Riegos del Alto Aragón se están dando cupos de 3.000 metros cúbicos por hectárea, pero se necesitan 4.000», precisa el responsable de Agua de UAGA, que subraya que «si hace una primavera normal, con lluvias», se conseguirán buenas cosechas, por lo que todo se va a jugar en los dos próximos meses.

Pérdidas en el secano

En cambio, en los cultivos de secano de las zonas con menor productividad de las comarcas centrales de Aragón los daños ya son una realidad, pues el cereal se ha visto castigado por la prolongada sequía que empezó con el año «y que es una de las más graves de los últimos años». ´

Según los técnicos del organismo de cuenca, las cifras de agua embalsada ponen de manifiesto que en la actualidad los pantanos del Ebro y sus afluentes de la margen izquierda la reserva promedio se sitúa incluso por debajo del mínimo que se registró en 2018.

No obstante, en la margen derecha se está en un nivel (el 78%) que supera la reserva promedio de los últimos cinco años (62%), pero se sitúa por debajo de la de 2021 y por encima del mínimo del año 2018, tomado como referencia.

El embalse de Yesa, al 84,1%

Con todo, la diferencia de las reservas entre ambas márgenes es abismal, con 5.076 hectómetros cúbicos al norte del Ebro y solo 395 al sur del río más caudaloso de la Península, un contraste debido a las grandes diferencias en clima y relieve existentes entre ambas zonas de la comunidad.

En la misma margen izquierda, por otro lado, se aprecian marcadas desigualdades en la cantidad de agua embalsada. Así, mientras que Mediano está al 25,7% de su capacidad, El Grado se encuentra casi lleno, con un 97,1% de su cabida.

Y el embalse de Yesa, que recoge las aguas de los afluentes pirenaicos de la comarca de Jaca y de las Altas Cinco Villas, se halla al 84,1% de su capacidad, con un total de 375,8 hectómetros cúbicos de un total de 446,9, a tenor de los datos proporcionados por la Confederación Hidrográfica del Ebro. Estas reservas, si se ven acompañadas de las lluvias esperables en primavera, salvarán la próxima campaña agrícola.