Juan sabía que este miércoles era un día especial. No ha dejado de sonreír mientras daba pequeños pasos con un exoesqueleto pediátrico que le permitía caminar. Su inquietud y sus ganas por mostrar sus avances han sumido en un silencio absoluto durante unos minutos a todos los presentes en el colegio San Martín de Porres de Atades, a donde ha llegado este robot de última tecnología que permite mejorar la calidad de vida de estos menores con discapacidad.

En el caso de Juan, él padece una enfermedad neurodegenerativa que le impide caminar, pero este exoesqueleto diseñado por la empresa Marsi Bionics le ha cambiado su día a día. «Este aparato le saca de su posición en la silla de ruedas, le permite una mejor rehabilitación, un libre movimiento y a los profesionales nos ayuda a interactuar más porque tenemos las manos libres», explicaba la fisioterapeuta Pilar Castro mientras Juan iba dando pasos.

El pequeño Juan encesta una pelota con su nuevo exoesqueleto.

El pequeño Juan encesta una pelota con su nuevo exoesqueleto. ÁNGEL DE CASTRO

Compuesto por ocho motores y adaptable a todo tipo de discapacidad del movimiento, este robot inicia su andadura en Zaragoza mediante el espacio Atemtia, de Atades, de atención temprana y postemprana para la atención integral de bebés, niños y jóvenes de 0 a 16 años. Atenderá a unos 30 menores, pero el objetivo va más allá. «La idea es ofrecerlo a niños de comunidades limítrofes que no tienen acceso a esta tecnología y, en el caso de Aragón, poder llevarlo por el territorio mediante unidad móvil para que las familias no tengan que venir a Zaragoza», señaló Félix Arrizabalaga, gerente de Atades.

«Si la demanda es muy elevada, valoramos la incorporación de un segundo robot», dijo. El equipo tiene un coste de unos 115.000 euros y Atades estudiará las vías de comercialización de la mano de Marsi Bionics, con quien han firmado un contrato de colaboración de un año. «Necesitaremos apoyo de administraciones públicas para iniciar estos los proyectos», señaló.

Juan encesta una pelota tras caminar con el exoesqueleto. ANGEL DE CASTRO

Las sesiones para su uso serán individualizadas y supervisadas por un grupo de fisioterapeutas. Con este exoesqueleto se busca la rehabilitación de patologías y de enfermedades neuromusculares. «Hay una segunda fase que es un estudio clínico donde mediremos el impacto de este robot en mejoras en la movilidad, en la elasticidad muscular y el bienestar emocional», señaló Arrizabalaga.