La brutal subida que han experimentado los precios de la luz y el gas, sobre todo, en los últimos meses han acorralado al más pintado. Cada cual se busca un truco más para gastar un poco menos, pero cada vez es más difícil alcanzar el punto de ahorro. Ni siquiera las organizaciones de consumidores, siempre dispuestas a aportar recomendaciones a los usuarios, se atreven a incitar a una mayor frugalidad de los usuarios.

"Se me caería la cara de vergüenza si tuviera que dar ahora una recomendación. En otra situación puedes decirle a la gente que pase un poquico más de frío, pero ahora no es el caso", explica José Ángel Oliván, secretario general de la UCA Aragón, que además reconoce que los consumidores "no nos podemos proteger".

Recuerda Oliván el desbarajuste que provocó la subida de la luz el pasado verano, con sus correspondientes reajustes. "Toda aquella historia de los tramos horarios ha saltado por los aires", abocados irremediablemente a la dictadura del mercado. "Las personas que tienen contratos de tarifa fija están recibiendo cartas en las que les informan de que les van a subir el precio. Pueden aceptar esa subida o rescindir sin penalización". Sea como sea, la factura sube.

¿Podemos reducir el consumo? "Pongamos que sí. ¿Pero cuánto? Un 10% como mucho. Se han doblado los precios respecto al mayo pasado, en la luz, en el gas... en la mayoría de facturas que nos llegan a casa, y eso descontando los fuertes descuentos que introdujo el Gobierno en los tramos fijos", razona la cabeza visible de UCA, que no se atreve a apostar por una causa única.

"Habrá una razón, pero no es una razón que expliquen. Con la luz, por ejemplo, llevamos avisando meses, incluso años, pero todo se debe a que el mecanismo de fijación de precios es una barbaridad".

Se refiere a que la conformación de los precios en el mercado mayorista determina que toda la energía se pague al precio de la más cara, que es la generada con gas natural.

"La solución más evidente es la que parece, que los Estados intervengan el mercado y los precios. Ahora mismo las medidas tienen que ser extremas, como topar el coste del gas hasta fijar un precio equis en la compra", explica Oliván, que concluye que "solo nos queda pedirle al Gobierno que intervenga el mercado ya, que cambie las reglas y fije precios. Nos estamos jugando la economía, esa es la realidad, aunque parece que a los accionistas de las hidroeléctricas no les importa mucho".