Investigadores aragoneses desarrollan una "bala mágica" contra las células tumorales

La técnica consiste en usar la nanotecnología para “ser más selectivos llegando al tumor y no a otro sitio”, introduciendo nanopartículas en minúsculas vesículas / Pilar Martín-Duque y Jesús Santamaría lideran el proyecto, que ha sido publicado en la revista 'Journal of extracellular vesicles'

Jesús Santamaría y Pilar Martín-Duque, esta mañana, en el edificio de Nanociencia del Campus Río Ebro, después de la presentación del proyecto.

Jesús Santamaría y Pilar Martín-Duque, esta mañana, en el edificio de Nanociencia del Campus Río Ebro, después de la presentación del proyecto. / JAIME GALINDO

Eva García

Eva García

“Matar una célula es muy fácil”, no es más complicado que hacerlo con otro tipo de célula, el problema es “matar la tumoral” sin afectar al resto, asegura el científico aragonés Jesús Santamaría. Él, junto a Pilar Martín-Duque, ambos docentes e investigadores de la Universidad de Zaragoza y miembros del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), han publicado un artículo en una prestigiosa revista, donde cuentan cómo han desarrollado lanzaderas inteligentes para destruir las células tumorales desde su interior mediante calor y sin fármacos.

Los expertos señalan que la quimioterapia es “eficiente” matando esas células tumorales pero tiene “efectos secundarios tremendos porque no llega solo al tumor sino a todo el cuerpo”. Lo que han hecho desde la Universidad de Zaragoza es usar la nanotecnología para “ser más selectivos llegando al tumor y no a otro sitio”, dice Santamaría. Es lo que se denomina “bala mágica”, un término que popularizó el médico y Nobel Paul Ehrlich, que hace referencia a ese proyectil que “mata a aquellos que queremos matar y deja en paz lo que está sano”.

Santamaría ha explicado que este trabajo “puede abrir nuevas oportunidades en el campo de la tecnología aplicada a la medicina y en concreto contra el cáncer”, ya que ha tenido éxito en la reducción e incluso de la eliminación de los tumores en ratones sin fármacos, solo con calor irradiado al generarse con un láser. Se trata de buscar “métodos alternativos para llegar al tumor, en concreto, desarrollar estrategias de caballo de Troya”. En este sentido, se quiere “evadir al sistema inmune, que está entrenado para reconocer cosas extrañas al cuerpo”.

El estudio llevado a cabo por los investigadores lo ha que hecho es pasar esa nanopartícula “camuflada” en exosomas, “vectores que proceden de las propias células del cuerpo y que el sistema inmune reconoce como tal”.

Para Martín-Duque, se inyectan los exosomas con las nanopartículas en la cola del ratón y ellos solos “buscan al tumor”, un mal denominado “la herida que nunca cura”. De ahí que si se introduce una partícula dentro y el exosoma migra hacia el tumor, “conseguimos un efecto dirigido”. Y no solo en un “tumor superficial en la piel” si no en los “tumores internos”, que al introducir esas vesículas en vena “han ido a donde tenían que ir, hacia esos nódulos tumorales”. La mayoría se alojaban en el páncreas, uno de los tumores más letales y, según la investigadora, “hemos conseguido un efecto muy bueno”. Además, Martín-Duque ha hecho hincapié en que se ha conseguido “una ventaja adicional, que es que aunque el exosoma haya ido hacia otro lado, “no será un gran problema si no vamos a irradiar. Es más selectivo”, ha dicho.

Este modelo con nanopartículas se ha comprobado que migra a otros tipos de tumores, como el de colon, ovarios, páncreas, o cerebro y en una segunda fase se trataría de probarlo en otros tumores sólidos, no leucemias, y en ratones que tengan el sistema inmune completo.

Santamaría ha insistido en que "queda mucho por hacer. Lo que se ha conseguido es triplicar la cantidad de nanopartículas que llegan al tumor comparado con lo que se tenía hasta la fecha, que eran partículas funcionalizadas con anticuerpos", pese a lo que la gran mayoría de nanopartículas no llegan "porque el sistema inmune se apaña para reconocerlas". El objetivo es conseguir que el 99% de selectividad que se ve en el trabajo in vitro se pueda “transferir a l sistema en vivo con animales” y de ahí a ensayos clínicos”. Y es que, a pesar de que se lleva estudiando esta técnica dos décadas, solo el 1% de las partículas llegan al tumor, el otro 99% va a otros sitios y ahora se pretende revertir la situación. Tanto Santamaría como Martín-Duque, han reconocido que “estamos muy al principio y quedan muchos años por delante” pero “hemos abierto una puerta” ya que se había conseguido la muerte de células “pero no en animales y ha se ha logrado en ratones inmunodeprimidos”.

En el estudio Transfer of photothermal nanoparticles using stem cell derived small extracellular vesicles for in vivo treatment of primary and multinodular tumors participan también los investigadores de la Universidad de Zaragoza María Sancho, Víctor Sebastián y Miguel Encinas, también adscritos al Instituto de Nanociencia y al de Investigación Biomédica en Red, junto con Lluis Luján y Estela Pérez, vinculados al Instituto Agroalimentario de Aragón.

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