La Zaragozana no sufrió apenas incidencias derivada de los paros en el sector del transporte, según fuentes de la empresa, pese a que a nivel de España el impacto ha sido alto, dado que en algunos casos se ha visto afectada la entrada de productos para la elaboración de la cerveza. La compañía cervecera posee su propia red de distribución, lo que ha podido contribuir a limitar el impacto de la huelga.

«En general no nos hemos visto afectados», resumió Enrique Torguet, portavoz de la compañía, con base en Zaragoza, que advirtió de que, de momento, están «un poco expectantes».

En cambio, sí se ha visto afectada la producción de cerveza por el aumento del coste de la energía, «pese a que no la usamos de forma intensiva».

En cuanto al resto de materias primas, de momento, señaló, se están cumpliendo las previsiones de aprovisionamiento. Con todo, «el escalado de precios puede ser muy alto».

Como ejemplo puso el precio de la cebada maltera, que se ha incrementado un 80% en el curso de un año. La Zaragoza obtiene la mayor parte de su materia prima, el cereal, en el valle del Ebro. Pero se teme que la oferta se reduzca en un marco de mercado inflacionista y precios al alza, si bien la empresa se garantiza un aprovisionamiento «con contratos a largo plazo».

La incógnita de Ucrania

«Nuestros clientes de grandes superficies y hostelería han revisado los precios de venta al público en función de las actualizaciones de tarifas que realizamos a comienzo de año», apuntó el portavoz de la empresa cervecera.

Pero esa medida es anterior a las complicaciones surgidas tras la guerra de Ucrania y el incremento del combustible y de determinadas materias primas procedentes del Este de Europa. «Pienso que la situación creada recientemente todavía no se ha repercutido en los precios», indicó Torguet.

De todas formas, advirtió la misma fuente, «no se sabe todavía el alcance que tendrá con la repercusión de la guerra» en el precio final de la cerveza.

Así, explicó, en la jornada de ayer los mercados europeos de compras de cereales estuvieron cerrados debido a que nadie podía prever la evolución de los precios, dada la volatilidad e incertidumbre que imperan en estos momentos.

De hecho, en la conformación del coste que paga el consumidor intervienen múltiples factores en la larga cadena que va desde el campo de cultivo hasta la barra del bar o el lineal del supermercado.