En el 2020 fueron casi diez mil y en 2021 16.400 los aragoneses que contrataron un seguro de salud en Aragón, por lo que durante los dos años que de momento llevamos de pandemia han sido casi 26.000 los que se han decidido por sumarse a la prestación de servicios médicos privados, según datos de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa).

En estas fechas se ha pasado de un 20,79% (más de 275.000) a un 22,94% (más de 301.000) de la población aragonesa, siendo esta última cifra casi dos puntos por debajo de la media nacional, ya que es un 24,41% (algo más de 11.553.000) de los españoles los que tienen un seguro de salud frente al 22,48% (poco más de 10.587.000) que lo tenían hace dos años, aunque en esta cifra hay que tener en cuenta a los funcionarios de la administración central del Estado que solo tienen sanidad privada.

Desde Unespa aseguran que el crecimiento ha sido «sostenido» desde la década de los 90. Y en el caso de Aragón, por ejemplo, desde el año 2016 se han contado por varios miles los nuevos asegurados. Fueron 8.016 en 2016, 7.830, en 2018; 8.899 en 2019, y ya en tiempos de pandemia, 9.554 en 2020; y 16.400, en 2021. La única excepción fue el año 2017, cuando solo hubo 27 asegurados más que el año anterior.

Por provincias, en Huesca a finales de 2021y 47.716 asegurados, de los que 2.754 lo firmaron en 2021 y y 1.519 en 2020. En Teruel, 22.725, de los que 1.426 se incorporaron el año pasado y 1.002 hace dos años. En Zaragoza, 230.831 personas tienen un seguro de salud, 12.220 nuevos de 2021 y 7.033 incorporados en 2020.

Estos datos se refieren a los conocidos como seguros de salud, que incluyen la prestación de servicios, como los cuadros médicos, que incluyen la asistencia a centros sanitarios determinados, los que las aseguradoras devuelven al cliente una parte del recibo de lo que les haya cobrado un seguro médico y las mutuas de los funcionarios. Desde Unespa consideran que las razones de este incremento «no son solo por la pandemia», ya que «las necesidades de salud de una sociedad son muy extensas». Pero sí señalan que el sector asegurador «ha facilitado el acceso a atenciones a enfermos de coronavirus» y sufragado «pruebas diagnósticas de covid a millones de personas».

Y es que muchos han sido los aragoneses que ante los centros de salud cerrados y la telemedicina, las demoras por no ser atendidos en el momento en el que ellos querían, y la presión alargada en el tiempo de los Centros de Atención Primaria exportada en ocasiones a los centros hospitalarios, han apostado por un la sanidad privada.

Este alza de asegurados puede deberse, en parte, según las aseguradoras, al denominado «pago en especie»; ya que numerosas pequeñas y medianas empresas que incorporan el seguro de salud para sus trabajadores como concepto retributivo complementario; es «una forma de atraer talento y mantenerlo», señalan. Además, contribuyen a reducir el «absentismo laboral» ya que si un enfermo debe faltar dos mañanas al trabajo para ir a Atención Primaria y después al especialista, de esta forma solo es una.

El porcentaje de aragoneses que tenía un seguro de salud a finales del año pasado está por debajo del 23%, algo más de punto y medio por debajo de la media nacional. Por provincias, Zaragoza está casi en la media (24,09%, mientras que Huesca no llega al 21,5 y Teruel supera mínimamente el 17%.

Aragón tiene una cifra muy inferior a la de Madrid, con un 38,11% y a la de Cataluña, con un 32,82%. Esto podría ser consecuencia, señalan desde Unespa, a que en Madrid hay muchos más mutualistas por ser funcionario; y en Cataluña por haber mayor tejido empresarial y por tanto ofrece más beneficios sociales. También está la comunidad muy por debajo de Ceuta (36%) y Melilla (33%), ciudades autónomas donde hay muchos funcionarios y militares.

Sin embargo, Aragón está por encima de comunidades como Murcia (13,2%), Navarra (10,79), la Rioja (17,93), Extremadura (15,3), Galicia (16,6), Asturias (17) o Cantabria (20,4), entre otras. La recaudación nacional ha pasado desde 2016 a 2021 de 7.780.000 a casi 9.500.000 euros, con un doble incremento del 5% en los dos últimos años.

Desde la unión de aseguradoras hacen hincapié en que «la sanidad pública y la privada no son rivales» y señalan también esas 11,6 millones de personas que pagan por un seguro de salud «no consumen los servicios sanitarios públicos» por lo que el «ahorro para la administración es evidente». Es por eso que insisten en que «no son excluyentes pero en muchos momentos, los clientes acuden a la privada y así «alivian la carga de trabajo que tienen los centros públicos».