Si algo puede dinamitar el éxito de los paros en el transporte es arriesgarse a dejar a los españoles sin cerveza en los bares y restaurantes. Pues bien, ese escenario hoy no se descarta por parte de algunas de las marcas más reconocibles por el consumidor habitual, como Heineken, Mahou, Cruzcampo... Todas podrían estar en esos titulares que, como si fueran el tirador de la barra fueron derramando ayer los problemas que están sufriendo. Sus importantes problemas para llegar a destino que, añadían, podrían entrañar a muy corto plazo su imposibilidad de abastecer a bares y supermercados. 

Una realidad que, de facto, ya está pasando en algunos casos. Como la gallega Estrella Galicia, que hace solo unos días presumía en redes sociales de ser «la resistencia» ilustrando un tuit con un camión saliendo de fábrica. «De verdad creéis que vamos a rendirnos?» rezaba su mensaje dirigido a sus clientes más fieles. Pues bien, hoy en Zaragoza hay bares en los que no se puede pedir porque, sencillamente, ya no quedan en su despensa. Hay otras, de momento, y si todo se derrumba, en Aragón siempre quedará Ámbar, la marca local que también está sufriendo lo mismo de puertas para fuera. 

Enrique Torguet, responsable de Marketing de La Zaragozana, cervecera que hay tras la marca aragonesa, explicaba en declaraciones a este diario que «está siendo más complicado llegar a comunidades como Andalucía, Asturias, Extremadura o Andalucía». Sirven su producto en toda España, pero hay zonas críticas en las que las existencias del distribuidor serán las que decidan ese posible desabastecimiento del que otras hablan. «Hay competidores que van a tener que parar máquinas por esto, pero no es nuestro caso», añadía. «Ahora no estamos en esa situación, pero este es un ecosistema en el que estamos todos. Por eso es importante que se sienten a negociar, que no dejen de hacerlo, que hablen hasta que se dé solución a esto porque nos va a perjudicar a todos», argumentaba Torguet. Y es que esto es una cadena en la que la importancia no radica en tomarse una buena caña en un bar con amigos, que también y la marca que cada uno quiera, sino en salvaguardar la economía para que no acabe perjudicando al empleo y, con ello, a los hogares.